
La crisis está golpeando al Fisco en todos los frentes. Si la recaudación impositiva normal, los impuestos que pagamos todos los contribuyentes, ha caído hasta agosto un 11,4%, la deuda pendiente de cobrar como resultado de las inspecciones de la Agencia Tributaria, bien sea por regularizaciones, errores o control del fraude fiscal, aumenta en un porcentaje parecido, un 11,2%.
Si a primeros de año la deuda no cobrada, tanto en periodo voluntario como en vía ejecutiva, ascendía a 26.600 millones de euros, a 30 de septiembre la cantidad ascendía a 29.600 millones, 3.000 más en apenas ocho meses.
Por su parte, la cantidad pendiente de cobro en vía ejecutiva, la que se pone en marcha tras agotarse el plazo voluntario que tiene el contribuyente para regularizar su situación con Hacienda, alcanzó el último día de septiembre los 11.800 millones. El año 2007 se terminó con un montante sin cobrar por vía ejecutiva de 10.300 millones, lo que supone que en nueve meses ha crecido 1.500 millones, un 14,5%.
Efecto directo de la crisis
Estos incrementos de deuda no cobrada por la Inspección de la Agencia Tributaria no tienen parangón en los últimos años. Es normal que en un ejercicio respecto al precedente aumente el importe de la deuda no cobrada, como resultado de los distintos planes puestos en marcha por la Inspección, en especial, contra el fraude fiscal, pero no que suba en los porcentajes actuales.
Para los inspectores de Hacienda consultados por elEconomista se trata de "un efecto directo" de la situación de crisis. "La Inspección obtiene menos dinero porque no hay liquidez, sobre todo en las empresas", explican. Son, precisamente, las actas levantadas a personas jurídicas las más difíciles de cobrar en estos momentos por parte de Hacienda.
La situación empeora cuanto más importante es la cantidad. "Si una empresa está en dificultades, no puedes embargar de repente todos los créditos que pueda recibir y dejarla en la ruina", aseguran las mismas fuentes.
Si el número de insolvencias judiciales, es decir, las ya reconocidas a efectos del orden de los acreedores, se ha incrementado en un 202% en el tercer trimestre del año, la cantidad de empresas insolventes sin reconocer es mucho mayor. Y es en éstas en el campo donde la Agencia Tributaria está encontrando enormes dificultades para cobrar las deudas.
Previsiones muy pesimistas
Pero es que, además, con las insolvencias reconocidas judicialmente también la situación se ha complicado. Desde la entrada en vigor de la Ley Concursal en septiembre de 2004, Hacienda (y la Seguridad Social) han perdido sus "privilegios". Ahora han pasado a ser unos acreedores más, no los primeros, y en caso de concurso o suspensión de pagos, el Fisco sólo se lleva el 50% de la cuota debida, mientras que las sanciones y los intereses han pasado a ser "deuda subordinada", o lo que es lo mismo, lo último que se abona si queda dinero.
Si Hacienda está teniendo ahora problemas para cobrar el trabajo que hace su Inspección, el año próximo se presenta mucho peor.
Fuentes de la misma aseguran que al empeoramiento de la situación económica que se prevé para 2009 hay que añadir el recorte en un 3,1% que el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado ha hecho en las cuentas de la Agencia Tributaria. "Eso repercutirá en el trabajo porque habrá menos medios. El año que viene habrá muchas más dificultades", se lamentan los inspectores.