
Hasta ahora, la necesidad de ajustar el déficit había condenado al año 2014 a ser recordado como el peor ejercicio de este siglo en lo que se refiere a inversión estatal. En total, al final del ejercicio, ésta sumó 4.661 millones de euros. Pero este año, salvo que un milagro de Navidad lo solucione, será aún peor: hasta noviembre, Hacienda cifraba la inversión estatal en 3.162 millones, por lo que la cifra de final de año será difícil que supere los 3.500 millones.
Desde 2002, primer año que recoge las cifras desglosadas el Ministerio de Hacienda, no ha habido una cifra menor.
Sólo en los once primeros meses del año, la inversión se ha reducido un 28,7% respecto al año pasado, que tampoco será recordado precisamente como un año especialmente positivo para las infraestructuras. Si se compara con las cifras de antes de la crisis, la inversión realizada por el Estado en este 2016 será aproximadamente una tercera parte de la que hizo en otros ejercicios, como 2007, 2008 o 2009, en los que la cifra a final de año superó los 10.000 millones de euros.
La inversión en Defensa cae a la mitad
Según Hacienda, la inversión en Defensa ha sido la más perjudicada este año. Hasta noviembre, se han dedicado 757 millones, menos de la mitad de lo invertido en los once primeros meses de 2015. La inversión civil ha caído un 17%, siendo más castigado el Ministerio de Fomento (-21,6%) que el de Medio Ambiente (-5,1%).
En todo caso, dos factores habrían sido clave para que se den estas cifras históricamente bajas. En primer lugar, la existencia de un gobierno en funciones durante la mayor parte del año. Hasta que no se produjo la investidura de Mariano Rajoy el pasado 29 de octubre, el Ejecutivo estuvo en funciones y, por tanto, sólo pudo aprobar gastos ordinarios y de urgencia. Y los ministros no tomaron posesión hasta la primera semana de noviembre así que apenas tendrán dos meses de este año para aprobar inversiones relevantes.
Y, además, cuando tomaron posesión se encontraron con el segundo factor: el Gobierno en funciones decidió el cierre presupuestario el pasado mes de julio, lo que significaba que adelantaba cuatro meses la orden que regula el cierre del presupuesto de gastos y operaciones no presupuestarias para cumplir con el déficit.