Economía

La agenda del FMI, en duda ante el desembarco de la Administración Trump

  • Estados Unidos puede bloquear decisiones que afectan a Europa
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

La relación entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y su principal donante no está exenta de tensiones. El dominio republicano en la Cámara de Representantes ya forzó a su directora gerente, Christine Lagarde, a pedir encarecidamente que Estados Unidos diera su visto bueno a la reforma de cuotas propuesta en 2010 que ofrece un mayor peso a las economías emergentes. La anécdota del asunto tuvo su nota jocosa en octubre 2014, cuando la ex ministra gala de finanzas se ofreció a bailar la danza del vientre para que los legisladores aprobasen esta iniciativa, que no llegó a recibir el beneplácito del Capitolio hasta finales de 2015.

Washington cuenta con el mayor peso entre los 189 miembros que forman parte del FMI, una institución cuyo origen se remonta al 27 de diciembre de 1945 en Bretton Woods, Nuevo Hampshire. Con un peso del 17,47%, el equivalente a 82.994 millones de Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés), la divisa virtual con la que opera la institución y lo que supone aproximadamente unos 116.000 millones de dólares, EEUU cuenta con una decisión total de voto del 16,5%.

Hasta la fecha, la buena sintonía entre el secretario del Tesoro, Jacob Lew, y el directorio ejecutivo de las institución ha servido de apoyo ante los escollos que el Fondo ha tenido que enfrentar entre los legisladores patrios. Senadores, como Rand Paul, han llegado a afirmar que "América se encuentra sometida a la presión" de organismos internacionales como el que lidera Lagarde mientras que think tanks conservadores como la Heritage Foundation, critican no sólo los rescates financiados por el FMI, entre ellos a Ucrania o Grecia, sino también por sus recetas y recomendaciones en materia económica.

Esta relación se recrudece con la próxima llegada a la Casa Blanca del presidente electo, Donald Trump. El republicano se convirtió en la comidilla entre los pasillos de la sede del Fondo, en el 1900 de la Avenida de Pensilvania de D.C, durante la última reunión anual de la institución y el Banco Mundial.

Por aquel entonces Lagarde definió como "desastrosas" las políticas comerciales propuestas por el multimillonario empresario. "Si nuestros fundadores estuvieran aquí hoy, seguramente estarían preocupados" dijo Lagarde el pasado octubre a los principales ministros de Economía y Finanzas haciendo alusión a los principios de apertura y comercio que "enfrentan a su mayor prueba en décadas".

Desde entonces, la institución ha tomado un tono mucho más conciliador dada la alineación republicana en Washington, que puede entorpecer la toma de decisiones, algunas de las más inmediatas relacionadas con la eurozona. Según señalan algunos expertos la relación del FMI en el Viejo Continente será menos intensa ya que para la próxima administración estadounidense el problema griego no contará la misma atención que ha prestado tanto la administración Obama como la propia institución, que todavía no ha asegurado su continuidad dentro del rescate heleno.

Con otros países como Ucrania también recibiendo ayuda por parte del FMI, no está clara cuál será la postura que tomará Steven Mnuchin, el nominado por Trump para capitanear el Departamento del Tesoro.

El Departamento del Tesoro

"Buena parte de la agenda del Fondo, desde un punto de vista estadounidense, dependerá de Mnuchin", explica Jim Rickards, autor del libro Guerras de divisas: La próxima crisis global. Sin embargo, desde su punto de vista, "la administración Trump no mostrará un gran interés en la institución". El responsable del Tesoro de EEUU cuenta con un papel importante dentro de la institución donde ocupa un asiento en el consejo de administración. También lo hace en el Banco Mundial, y en instituciones como el Banco Asiático de Desarrollo.

El FMI contactado por este periódico aclaró que en estos momentos "la institución no cuenta con ningún comentario particular sobre la próxima administración o las nominaciones realizadas hasta la fecha". Previamente, Gerry Rice, portavoz de la institución, determinó que era muy pronto para afirmar si las políticas de Trump sobre comercio y economía internacional perjudicarán al crecimiento mundial.

"Es muy pronto para conjeturas", dijo Rice en una rueda de prensa regular. "Necesitamos esperar y ver cuáles serán las políticas y las valoraremos en su momento". Rice dijo que el FMI cree que el comercio internacional ha sido un motor de crecimiento que ha sacado a muchos de la pobreza, pero que hay que atender a sus efectos negativos como la pérdida de empleos.

Lagarde ya ha dejado claro que el Fondo "ha lidiado con todos los gobiernos y administraciones de sus países miembros" haciendo hincapié en la relación con todas las administraciones estadounidenses. De hecho, la directora gerente recordó que fue Ronald Reagan "quien apoyó y alentó" con entusiasmo la labor que lleva a cabo este organismo internacional.  "Esperamos una relación productiva y estamos preparados para ello", ha dicho Lagarde tras conocerse la victoria de Trump el pasado 8 de noviembre.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky