
Los medios de comunicación estadounidenses ya confirman los rumores que colocan a Steven Mnuchin como el próximo secretario del Tesoro, un puesto en el que se han barajado nombres como el del capitán de J.P. Morgan, Jamie Dimon, y al multimillonario Wilbur Ross como encargado de tomar las riendas del Departamento de Comercio. Esta última elección hace pensar que el presidente electo, Donald Trump, moderará su posición en contra de la globalización.
Mnuchin, director financiero de la campaña de Trump además de antiguo banquero de Goldman Sachs, y el inversor Wilbur Ross, han sido los nombres con más peso para capitanear ambas agencias federales. "Ambos son grandes opciones", aseguró hace un par de semanas el inversor Carl Icahn en un tuit mientras señaló que, además de amigos, "son dos de las personas más inteligentes que conozco".
El que fuera director financiero de la campaña de Trump ha construido los pilares sobre los que se basa el plan económico del presidente electo, básicamente recortes de impuestos e inversiones en infraestructuras, ya dejó claro que busca de aprobar "el mayor cambio del código tributario desde el gobierno de Ronald Reagan", dijo Mnuchin durante las idas y venidas a la Trump Tower, donde se cuece la composición de la próxima administración estadounidense.
La confirmación de Mnuchin en el Tesoro colocaría al tercer directivo de Goldman encargado de tomar las riendas de la economía estadounidense durante las últimas dos décadas, sumándose así a predecesores como Robert Rubin o Hank Paulson.
Una decisión que sin estar confirmada despertaba previamente el malestar entre los sindicatos del país, uno de los principales apoyos de Trump durante la campaña electoral. "Es difícil pensar en otro candidato mejor que Mnuchin que represente mejor la cultura de la codicia de Wall Street", criticó el sindicato de Trabajadores de Comunicación de América (CWA, por sus siglas en inglés), un grupo sindical que representa más de 700.000 empleados dentro del sector público y privado del país.
Sindicatos como este acusan al que los medios estadounidenses ya consideran será secretario del Tesoro de la administración Trump de haber comprado bancos fallidos en la cúspide de la crisis financiera y haber desahuciado a decenas de miles de familias. Algo que dista de la promesa electoral de Trump de "drenar el pantano" de corrupción e intereses en Washington D.C.
En estos menesteres, Ross, un multimillonario inversor con una fortuna aproximada de 2.900 millones de dólares, queda libre de la crítica popular, ya que sus actividades dentro del capital de riesgo, especializadas en comprar compañías al borde del abismo dentro del sector manufacturero, le han convertido en "el futuro de las manufacturas domésticas", según Bruce Raynor, director del sindicato textil Unite Here. Ross ya defendió durante la campaña la necesidad de "un acercamiento más radical y novedoso al gobierno de EEUU" aunque ha calificado las promesas de Trump en materia como "simbólicas, más bien metáforas".
A la espera de que el equipo de transición de Trump confirme estos nombramientos, la CNBC adelantó la elección de Ross como próximo secretario de Comercio así como la de Mnuchin para tomar las riendas del Departamento del Tesoro, actualmente en manos de Jacob Lew. La CNN también confirmaba la decisión que posiciona al ex banquero de Goldman en el Tesoro haciéndose eco de sus fuentes dentro del grupo de personas que ayudan al presidente electo a formar su nueva administración, que comenzará oficialmente su andadura el próximo 20 de enero.