
Francia va a aumentar las sanciones para sus residentes que no declaren el dinero que tienen en el extranjero, con una penalización del 80% respecto a la deuda fiscal, en lugar del 40% actual, según el plan del Gobierno que se integrará en la ley de presupuestos para 2017.
El proyecto del Ministerio de Economía y Finanzas, revelado hoy por Les Echos, prevé fijar una multa de 1.500 euros por una cuenta en el extranjero cuya existencia no hubiera sido comunicada al fisco, cifra que subiría a 10.000 euros en caso de que estuviera en un país o territorio considerado paraíso fiscal.
El dispositivo pretende establecer una diferencia entre la ocultación fraudulenta y el olvido de declaración, de ahí la dureza en los gravámenes a las cantidades escondidas, y la relativa benevolencia por las cuentas de las que no se haya dado parte.
El Ejecutivo modifica así el régimen de multas proporcional a los haberes, cuya aplicación fue anulada por el Consejo Constitucional en julio.