El éxito del Tesoro español, que emite deuda con tipos de interés negativos en plazos de hasta tres años, no se traslada a las comunidades autónomas. Estas administraciones despiertan gran recelo en los mercados por sus sucesivos incumplimientos en materia de déficit y pasivo, así como por problemas de tesorería y grandes retrasos a la hora de pagar a proveedores.
Solo País Vasco y Navarra, las únicas regiones que obtienen una mejor calificación que el Estado por parte de las agencias de rating, y Madrid, Castilla y León y La Rioja, que han seguido recurriendo con cierta normalidad a los inversores, han logrado capear el halo negativo que se cierne sobre la Administración autonómica española.
Que solo cinco autonomías hayan recurrido a los mercados en el año 2016 es una prueba evidente de que la posición regional sigue siendo delicada. En 2011 fueron 11 las que acudieron a los inversores, y ello pese a que en aquel año España se financiaba a tipos superiores al 5% en bonos a 10 años y a las regiones se les exigía intereses aún más elevados. ¿Cómo es posible, entonces, que con la presión inversora mucho más relajada sean solo cinco las regiones que colocan deuda en el mercado? La respuesta está en el FLA.
Difícil papel de Hacienda
"El uso del FLA es más cómodo porque te financias sin pagar intereses, pero acudir a los mercados te garantiza diversificar tu cartera de tenedores así como los plazos de vencimiento de la deuda", explican fuentes de la Consejería de Economía de Madrid, que ha colocado pasivo este año a cuatro, cinco, 12, 15, 30 y hasta 50 años. "Y del FLA hay que salir, habrá que ver qué pasa cuando las comunidades que llevan años sin recurrir al mercado quieran volver", advierten esas fuentes.
Lo cierto es que el papel del Ministerio de Hacienda tampoco ha resultado fácil. El gabinete del ministro Cristóbal Montoro tomó una decisión muy arriesgada cuando creó los Fondos, porque suponía admitir ante los mercados que las comunidades tenían serios problemas, y desde esta perspectiva, con las autonomías cerca de cumplir el déficit este año; reduciendo su demora en el pago a proveedores (40 días de media según los últimos datos) y engordando su deuda más despacio que si hubieran tenido que recurrir a los mercados, creen que los mecanismos de financiación ?han sido un éxito?.
No es ningún secreto que, allá por 2012 y 2013, el Ministerio "ejerció una gran presión" sobre las regiones para que se adscribieran al FLA, tal y como reconoce un expresidente autonómico que prefiere no identificarse. "Llamaban todos los días para que entráramos en el Fondo y yo decía no. ¿Usted sabe, a ojos de los mercados, el enorme coste que tiene que no acudas a pedir financiación a los inversores?", explica, justificando la presión de Montoro en el hecho de que no se podía permitir que la deuda autonómica, "que al fin y al cabo es deuda de las Administraciones, creciera aún con mayor descontrol de lo que al final lo ha hecho".
El Mediterráneo, peor parado
Y algo así es lo que le sucede al arco Mediterráneo, incapaz de financiarse por sí mismo desde el año 2011 -solo hay una excepción, una emisión de Murcia de 2014 que se saldó con intereses cercanos al 5%, similares a los de España en lo peor de la crisis de deuda-.
Cataluña y Baleares llevan cinco años sin colocar deuda en los mercados. Valencia, con la ratio pasivo/PIB más alto de España, en el 41,5%, desde 2010.
Lo cierto es que las agencias mantienen al Govern catalán y al Ejecutivo valenciano de Ximo Puig con una nota equivalente al grado de no inversión o bono basura -salvo Fitch, que mantiene un aprobado raspado para esta última-. Y Murcia también es bono especulativo para Moody's, por lo que la vuelta de las tres a los mercados se antoja difícil.
Lo curioso es que 2016 puede cambiar la tendencia, ya que todas estas Administraciones podrían cumplir el déficit por primera vez en diez años y evitar el FLA del próximo ejercicio. Qué harán y quién estará al frente de Hacienda son incógnitas aún por resolver.