
El candidato del Partido Popular a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró ayer abierto a reformar el Impuesto de Sociedades para aumentar la tributación real de las grandes empresas, aunque condicionó este cambio al resultado final de la recaudación por esta figura impositiva a final de año.
Durante la segunda sesión del Debate de Investidura, el presidente en funciones anunció también que "en esta legislatura no se puede subir el IVA y el IRPF" y confirmó la paralización de las reválidas hasta que se alcance un pacto nacional por la educación. Eso sí, fue tajante al reiterar, como en su discurso de ayer, que mantendrá el rumbo de la política económica.
"Revertir la política económica y las reformas que se han hecho no es bueno para España", afirmó Rajoy en su réplica a la intervención del presidente de Ciudadanos Albert Rivera, para añadir que eso no impide que se puedan hacer cambios "sensatos y razonables".
En esta línea, el candidato popular se comprometió a poner en marcha las 150 medidas pactadas entre el PP y Ciudadanos -entre las que figura la reforma del Impuesto de Sociedades- y se mostró abierto a negociar otras nuevas, pero advirtió a Rivera que "no se pueden plantear medidas que supongan un aumento del gasto público desmesurado", porque "no podemos gastar lo que no tenemos".
El 'agujero negro'
Porque la economía fue el eje fundamental del debate entre Rajoy y Rivera, y en especial la política fiscal a la que el portavoz de la formación naranja hizo una auténtica enmienda a la totalidad, con alusiones directas al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.
"En 2007 con los mismos beneficios se recaudaron 45.000 millones en sociedades y en 2016, 20.000 millones. Esto es un agujero negro. ¿Dónde están, señor Montoro? ¿Qué ha pasado con la norma que han aprobado y que ha hecho que con los mismos beneficios falten 25.000 millones de euros?" preguntó Rivera. Un desfase que Rajoy explicó en su contestación porque "estamos ante un caso de compensación de las bases imponibles negativas, después de las pérdidas que tuvieron las sociedades y ahora las van compensando".
Previamente el líder de la formación naranja había anunciado que "nosotros queremos que antes del 30 de noviembre, urgentemente, recauden el dinero de la amnistía fiscal que no pidieron a los defraudadores", recordando que "está recogido en ese acuerdo que dice usted que va a cumplir".
"Queremos -añadió Rivera- que en esa reforma que ustedes van a llevar a cabo del impuesto de sociedades paguen todas las empresas igual, que no haya unas pocas empresas privilegiadas que no pagan impuestos y el resto de empresas pagando religiosamente. Ahí hay, según ustedes, 8.000 millones de euros". Y después "queremos meter las tijeras, no en la sanidad o en la educación, sino en la burbuja política", una expresión en la que englobó las duplicidades administrativas, mancomunidades, diputaciones y empresas públicas.
En tono comedido y ateniéndose siempre a lo pactado, el presidente en funciones recordó que "en los últimos cuatro años, mediante la lucha contra el fraude fiscal, se han recaudado más de 50.000 millones de euros, que no es una cantidad menor en nuestro país", al tiempo que añadía su convencimiento de que "debemos hacer una política de impuestos contenidos, estoy de acuerdo con usted y lo he firmado. Era lo que yo pensaba, y sigo pensando: no podemos en esta legislatura subir ni el impuesto sobre el valor añadido ni el impuesto sobre la renta de las personas físicas".
Respecto al Impuesto de Sociedades, insistió en que "hemos tomado medidas en relación con el impuesto de Sociedades". De hecho, "hemos presentado y se ha aprobado un real decreto-ley en esta Cámara pero, con ser todo esto cierto, también lo es que es importante que cumplamos con nuestros objetivos de déficit".
"Vamos a ver cuál es la evolución de la recaudación en lo que resta de año, pero es importante que lo cumplamos porque ahí nos jugamos no solamente nuestros compromisos europeos sino sobre todo la continuación de la recuperación y la creación de empleo", dijo.
Cambio en la Lomce
Al margen de la economía, el anuncio más importante que realizó Rajoy durante esta segunda sesión de investidura fue la suspensión de "los efectos académicos de las evaluaciones finales de ESO y del Bachillerato", las conocidas como reválidas, hasta que se alcance el Pacto de Estado por la Educación .
Así se los transmitió al portavoz del PSOE, Antonio Hernando, y se lo reiteró después a Albert Rivera, aunque matizó que "no creo que tengamos que hablar aquí de derogar, ya veremos qué es lo que acordamos, pero desde luego el Partido Popular será flexible".
A este respecto, el Ministerio de Educación puntualizó que el Gobierno aprobará, cuando se constituya, un decreto que suspenda el calendario de aplicación de la Lomce para eliminar los efectos académicos de las evaluaciones de ESO y Bachillerato, es decir, para que no sean necesarias para obtener el título de ambas etapas. La de Bachillerato sólo servirá para acceder a la Universidad y no será obligatoria para los alumnos que no quieran cursar estudios universitarios.
Aclaró también que, una vez que arranque la Legislatura, la orden que regula las características de estas evaluaciones se tramitará con carácter de urgencia, después ser dictaminada por el Consejo Escolar del Estado.