Economía

Renzi rompe con Merkel y Hollande, acuciado por el ajuste del déficit

  • El dirigente italiano tensa relaciones con la UE en materia de inmigración
Angela Merkel junto a Matteo Renzi. Foto: Getty.

"No estoy satisfecho con las conclusiones sobre crecimiento e inmigración". La cumbre de Bratislava del pasado 16 de septiembre - el primer encuentro de los líderes europeos sin Reino Unido - no ha ido como Matteo Renzi esperaba. El primer ministro italiano no participó en la rueda de prensa final con Angela Merkel y François Hollande, desahogando en Twitter su decepción: "Un pequeño paso adelante, pero demasiado pequeño. Sin cambiar las políticas sobre economía e inmigración Europa corre muchos peligros".

Precisamente, las medidas para estimular el crecimiento y la acogida de los miles de refugiados que, huyendo de las guerra de África y Oriente Medio, llegan a las costas italianas son los dos principales emergencias sobre la mesa del primer ministro transalpino.

De un lado, la economía se ha estancado con un crecimiento previsto del 0,8% para 2016 que impide al Gobierno italiano respetar los compromisos presupuestarios europeos y seguir con los recortes fiscales anunciados. Del otro, la llegada de más refugiados a la costas italianas, a falta de un plan europeo, promete disparar la tensión en varias ciudades del país donde los centros de acogida ya no tienen plazas disponibles. Todo esto en víspera del referéndum constitucional, previsto para noviembre, en el que el mandatario se juega su futuro político.

Más flexibilidad para Italia

Matteo Renzi intenta utilizar el esfuerzo que Italia está haciendo en la acogida de refugiados como moneda de cambio para negociar en Europa condiciones presupuestarias más favorables: "Estamos haciendo nuestra parte y estamos listos para seguir adelante sin ayudas, si es necesario", reafirmó el mandatario la semana pasada durante la cumbre de la ONU en Nueva York, subrayando que "Italia ha esperado durante meses y ha oído sólo palabras". Según Renzi, Europa, en línea con los deseos de Berlín, se ha ocupado solo de poner en marcha el acuerdo con Turquía, mientras sigue sin realizarse el llamado migration compact, el programa de inversiones en los países africanos apoyado por Roma.

El enfrentamiento con Alemania se ha ampliado al tema del rigor económico, después de las afirmaciones del presidente del Bundesbank sobre las cuentas públicas de Roma. Contestando a las acusaciones de haber abusado de la flexibilidad europea, Renzi defendió haber respetado las normas sobre el déficit a pesar del desastre del terremoto en el centro de Italia: "Creo que el gobernador del Bundesbank tiene una tarea bastante ingrata y difícil. Le expreso toda mi solidaridad porque tiene que enfrentarse a la grave cuestión de los derivados financieros de los bancos alemanes".

Críticas a todos los socios

El primer ministro italiano, que a los problemas de la economía suma la difícil situación de la banca, prefiere llamar la atención sobre los asuntos financieros de la principal economía europea: "Así como los países tienen que respetar las reglas del déficit, de igual manera hay que respetar otras reglas como aquellas sobre el superávit comercial. De hecho, hay países que no la respetan, el principal es Alemania", dijo Renzi, que desde hace tiempo viene afirmando que si Berlín ajustara su superávit del 7,6% dentro del límite europeo del 6%, los otros países tendrían 40.000 millones de recursos adicionales para llevar a cabo inversiones y relanzar la economía europea.

Renzi manda también una indirecta a Hollande, que el mandatario italiano pensaba tener de su parte en la lucha contra la ortodoxia presupuestaria de Berlin y Bruselas: Bratislava "habría debido ser un nuevo comienzo después del Brexit, pero finalmente ha faltado voluntad", añadió el líder transalpino, que también cargó sobre la falta de una estrategia de crecimiento de la Unión. Durante una tertulia de la Clinton Foundation, Renzi afirmó que, "si Europa no cambia, es solo un museo".

En su boletín informativo semanal, Renzi volvió a reafirmar la necesidad de una nueva política económica, la misma posición que su Gobierno defiende en Bruselas, a la espera de obtener avances en las negociaciones con la Comisión Europea sobre los presupuestos. "Hay que reconocer que Obama y América han hecho bien y que la UE se ha equivocado de dirección", dijo Renzi, reafirmando su critica a las políticas de austeridad y su petición para obtener más flexibilidad: "Hoy debemos apostar a por los jóvenes, las inversiones publicas y privadas y no sólo la austeridad. Necesitamos una Europa social y no sólo una Europa financiera".

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