Economía

Los ingresos también pincharán en 2017, pese a prorrogarse las Cuentas

  • Sociedades cae un 85,6% hasta julio y el IRPF un 1,9%

España va camino de cerrar otro ejercicio en que los ingresos reales no se ajustan a lo que se había fijado sobre el papel, es decir, en los Presupuestos Generales del Estado de 2016. El problema es que este desfase se produce con una economía que, de momento, aguanta mejor de lo previsto los vaivenes internacionales y la inestabilidad política interna. Con la prórroga de las cuentas, el Gobierno en funciones mantendrá esa misma previsión de ingresos para el año que viene y, pese a ello, tampoco será capaz de cumplirla. Los ingresos pincharán de nuevo.

Cuando aprobó las Cuentas de este año, el Ejecutivo previó que la marcha de la economía permitiría alcanzar una cifra de ingresos de 214.055 millones de euros, de los que 193.520 millones vendrían de los impuestos. Sin embargo, la recaudación está siendo inferior a la del año pasado por las mismas fechas, lo que complica la consecución de ese objetivo.

Una parte importante del retroceso proviene del Impuesto de Sociedades, que cae cerca del 86% (con 433 millones recabados hasta julio, frente a los 3.011 millones de hace un año). La supresión del tipo mínimo a las grandes empresas en los pagos fraccionados, que ahora pretende recuperar in extremis el Ejecutivo en funciones explica esa caída. Sin embargo, Sociedades no es el único tributo que descuadra unas perspectivas que los expertos tachan de "demasiado optimistas". Sólo hay que ver lo que sucede con el IRPF, que desciende un 1,9%, o con los impuestos directos, que retroceden un 6,1%.

Al prorrogarse las cuentas, el problema se traslada al año que viene. Con una economía que crecerá seis décimas menos de lo previsto para este año (al 2,3% frente al 2,9 de este ejercicio) y un ritmo de creación de empleo que sería inferior en tres décimas (del 2,2% frente al 2,5 de este año) parece poco probable que pueda mantenerse el mismo nivel de ingresos.

Un viejo conocido

En realidad, el problema con los ingresos viene desde el año 2012, como explica el economista José Carlos Díez, quien incide en que el Gobierno ha ido hinchando sistemáticamente su previsión para ajustarla al objetivo de déficit exigido. En este sentido, Díez considera que la prórroga presupuestaria es, hasta cierto punto, "una buena noticia", porque el Ejecutivo no podrá seguir inflando esta cifra un año más. "La bola sería mayor con unas Cuentas nuevas", sentencia. Así, si la economía crece algo más y finalmente esto se traslada a la recaudación, es más fácil que vaya reduciéndose la brecha entre lo que presupuestas y lo que realmente ingresas. Sin embargo, ese agujero tampoco va a cerrarse del todo el año que viene.

Según sus cálculos, si el Gobierno de Mariano Rajoy no lograse aprobar el cambio en Sociedades el desfase entre lo previsto y la recaudación real podría alcanzar, incluso, los 23.000 millones de euros; con los cambios en Sociedades ese desfase seguiría estando entre 17.000 y 18.000 millones de euros.

Es un hecho que los ingresos van un poco forzados, tanto que es previsible que este año nos vayamos muy por encima del 4% de déficit, manifiesta Valentí Pich, presidente del Consejo General de Economistas.

En concreto y, tomando las cifras de ejecución presupuestaria del Estado hasta mayo, el economista socio de China Capital Javier Santacruz, considera que el proceso de consolidación presupuestaria y los compromisos adquiridos ante Bruselas no están yendo por la senda prevista. El desfase entre ingresos y gastos ya ha alcanzado los objetivos de todo el año, a pesar de que la economía española crece a tasas superiores al 3% anual.

En este sentido, el peligro cada vez mayor de un nuevo incumplimiento de los objetivos de déficit renegociados (en el 4,6% del PIB en 2016 y del 2,9 para 2017), sumado al inicio del expediente sancionador de la Comisión a España y Portugal por déficit excesivo, "urge la aprobación de un plan ambicioso de ajuste presupuestario", sentencia.

Demasiado optimistas

Luis Pires, profesor de Economía en la URJC, hace hincapié en que el déficit de los últimos años viene más del lado de unos ingresos que han pecado de optimistas, dado que el gasto se ha reducido. "Cuando tienes que ir reduciendo el déficit al 3%, mantener el Presupuesto de un año para otro implica continuar con el mismo nivel de gasto y Bruselas nos pide que lo reduzcamos y hagamos el ajuste necesario para cumplir los compromisos", añade.

El profesor suma a todo lo anterior un contratiempo añadido, esta vez por el lado de los pagos. El problema de la prórroga presupuestaria es que limita enormemente el gasto, impide cualquier flexibilidad o trasvase presupuestario de unas partidas a otras en función de cómo se vaya desarrollando el ejercicio. La ley no lo permite y da lugar a pocas maniobras en este sentido.

En este sentido, Valentí Pich se muestra especialmente preocupado por la inversión pública. Aquella que no tenga un desarrollo plurianual tendrá, en su opinión, más dificultades para salir adelante. Aquí, el hecho de que no haya unas nuevas Cuentas será negativo para la imagen de país.

Mientras, José Carlos Díez pone el punto de mira en la Seguridad Social, que debe de hacer frente a un aumento del gasto estructural, que se producirá sí o sí. El número de pensionistas aumenta en torno al uno% y, a la vez, aumenta la pensión media porque quienes se incorporan al cobro de la prestación tienen una pensión más alta que quienes fallecen. Ese aumento del gasto estructural ronda el 3%.

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