Economía

Conmoción en el sector energético, la batalla continúa

Rosa López

Madrid, 30 sep (EFECOM).- La irrupción de Acciona en el capital de Endesa pilló por sorpresa al sector energético español -que vivió una semana de convulsiones-, y reavivó la pugna por el control de la eléctrica cuando parecía que el grupo alemán E.ON había triunfado.

La noticia saltaba el lunes, a media tarde, como un terremoto. El grupo constructor y de servicios Acciona anunciaba la compra de un 10 por ciento de Endesa, una operación financiada por el Banco Santander, que asciende a 3.388 millones de euros.

La operación supone un vuelco en la guerra por el control de la primera eléctrica española, ya que Acciona pasa a ser el primer accionista de Endesa, por delante de Caja Madrid, que controla un 9,93 por ciento.

Con su entrada en escena, el grupo de la familia Entrecanales podría estar en disposición, junto a algún otro accionista, de bloquear las aspiraciones de E.ON en Endesa, cuando parecía que el camino estaba despejado y que los alemanes iban a salir triunfantes.

Pero además abre paso a todo tipo de combinaciones e incorpora más actores al escenario de la batalla que se libra en el sector energético desde hace un año, cuando el 5 de septiembre de 2005, Gas Natural lanzaba una opa sobre Endesa.

Pero un nuevo terremoto se cernía sobre el sector. Y así, un día después de que Acciona entrara en Endesa, la también constructora ACS, la empresa de Florentino Pérez, compraba el 10 por ciento de la eléctrica Iberdrola con vistas a negociar una fusión con Fenosa.

ACS no ocultaba su intención de explorar esa fusión, Iberdrola optaba por rechazar las especulaciones al respecto, y los analistas recordaban que si se lograra esa unión, la empresa resultante sería líder del sector energético español, con 14 millones de clientes.

A la vez, Bruselas, atenta a todos los movimientos, declaraba que las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en la opa de E.ON violaban la legislación comunitaria y exigía al Gobierno que las modificase.

En paralelo a este dictamen de la Comisión Europea, el grupo energético alemán respondía al desafío de Acciona, aumentando a 35 euros por acción la opa lanzada por Endesa en febrero pasado.

Y mientras la batalla en el sector energético se libraba en diversos frentes, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, entregaba en el Congreso de los Diputados el proyecto de ley de presupuestos, que prevén un nuevo superávit, pese a que bajan el impuesto sobre la renta y el impuesto de sociedades y gracias a que se prolonga un año más la bonanza económica.

Aseguraba Solbes que los Presupuestos Generales del Estado para 2007 son "cien por cien de izquierdas" y sostenibles en el contexto de crecimiento económico y superávit público, y además reflejan las "ambiciones sociales" del Gobierno.

Con el sector eléctrico en plena ebullición, llegaron las constructoras-inmobiliarias con renovadas fuerzas.

El miércoles, Inmocaral alcanzaba el 93 por ciento de Colonial, tras finalizar la opa presentada en junio pasado; el jueves, la promotora Martinsa presentaba una oferta sobre la inmobiliaria gallega Fadesa, y un día después, Mutua Madrileña entraba en Sacyr Vallehermoso.

Todos estos movimientos corporativos repercutieron, como es lógico, en la Bolsa, a la que la pugna por las eléctricas catapultó esta semana a su máximo histórico.

El Ibex-35 se revalorizó un 4,40 por ciento e incluso se permitió el lujo de rebasar el viernes, durante algunos segundos, la mítica cota de los 13.000 puntos y anotarse un nuevo máximo histórico intradía en 13.001,60 puntos. EFECOM

rl/cg

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