
Los españoles han tenido que ajustarse un poco más el cinturón en sus vacaciones de verano y, al final, gastaron de media 953 euros, que es un 16% menos de lo que dedicaron el año pasado al periodo de descanso estival (1.128 euros) y menos, también, de lo que pensaban invertir en él hacia el mes de mayo.
Estas conclusiones enmarcan el Observatorio Cetelem Mensual, en el que se constata, además, que siete de cada diez encuestados (73%) gastaron menos de 500 euros en sus vacaciones de verano, frente a un 27% que pudo dedicarles algo más de 2.300 euros.
El informe compara los datos de lo que los españoles pensaban gastar en vacaciones en el mes de mayo, con el gasto que finalmente han realizado. En concreto, antes de sus vacaciones esperaban poder dedicarles un presupuesto un 6% mayor.
Si atendemos a las actividades favoritas en el periodo estival, el 67% de los encuestados se decanta por salir a restaurantes (frente al 58% de hace un año), seguido de un 56% que se decanta por las compras, de un 36% que opta por ir al cine; así como de un 35% de encuestados que aseguran viajar dentro del territorio español alojados en hoteles, frente a un 23% que prefiere pasar los días libres en casas de familiares o de amigos.
Menos viajes de lo deseado
Si en mayo, un 40% de los ciudadanos encuestados por Cetelem aseguraba que viajaría en verano y se alojaría en hoteles y apartamentos, finalmente sólo ha podido hacerlo un 35%. Este descenso se aprecia en el resto de modalidades. Así, en mayo un 31% de los españoles preveía viajar y alojarse en casas de amigos o de la familia y, finalmente, solo un 23% lo ha hecho. En el caso de viajes al extranjero con alojamiento en hoteles y apartamentos, un 16% quería hacerlo, pero solo lo hizo un 12%.
Los datos de este informe coinciden con la cautela expresada en una encuesta previa por los ciudadanos, dada la actual coyuntura que atraviesa nuestro país, tanto en lo político como en lo económico. En ella, los ciudadanos afrontaban con moderado optimismo los próximos doce meses, a pesar de la parálisis institucional, de forma que un 52% opinaba que la situación permanecerá estable. La parte positiva es que disminuye el porcentaje de españoles que considera que la situación general empeorará en los próximos doce meses: caen 4,7 puntos en un mes hasta el 22,1% de agosto.