Cada acción, cambio o situación puede crear un huracán o una laguna de calma en cualquier economía. Los conflictos armados son una de estas realidades que impulsan los datos económicos hacia números negativos. De hecho, en la última década, el impacto de la violencia en la economía mundial ha superado al PIB global de 2015, alcanzando los 122.832 billones de euros.
Concretamente, en 2015 esta cifra supuso 12.195 billones de euros, el 13,3% del producto mundial bruto, lo que equivale a 1.682 euros por persona, tal y como se deriva de la X Edición del índice de paz global, elaborado por el grupo de presión internacional Institute for Economics and Peace. Así, en el último año, el mundo se ha convertido en un lugar menos pacífico, motivado por el aumento del terrorismo -sólo el 23% de los países que componen el índice no tiene ningún registro de incidente terrorista- y unos niveles más elevados de inestabilidad política.
A ello hay que añadirle la situación de los refugiados y desplazados, que en la última década se han duplicado, hasta alcanzar los 60 millones de personas entre 2007 y 2016, lo que equivaldría a un 1% de la población mundial. En este caso, Medio Oriente es la mayor fuente, tal y como reconoce el autor del informe y fundador y presidente del grupo, Steve Killelea, quien añade que "el 60% de los sirios se ha desplazado de su país".
Por otro lado, el estudio refleja una desigualdad cada vez más creciente entre los países con más y menos paz. Así, mientras que 81 países han mejorado, el deterioro en otros 79 ha ponderado estas ganancias, lo que significa que la paz se ha reducido a un ritmo más rápido que el año anterior.
Situación por países
Entre los Estados más pacíficos se encuentran Islandia, seguido de Dinamarca y Austria. Frente a ellos, Siria, Sudán del Sur, Irak, Afganistán y Somalia se presentan como los más violentos. Por su parte, España se sitúa en el puesto 25 (de 163) de países más pacíficos en 2016 a nivel global, mientras que si tenemso en cuenta únicamente el entorno europeo esta posición se traduce en la 18 de 36. En este sentido, el impacto de la violencia tuvo un coste para las arcas públicas el pasado año equivalente al 4% de su PIB, 49,491 millones que han supuesto más de 1.000 euros por cada ciudadano.
Frente a estos datos, Killelea indica que "hacer frente a la disparidad mundial de la paz y conseguir una reducción general de un 10% en el impacto económico de la violencia produciría un dividendo de paz de 1.219 billones de euros", lo que en palabras del autor del informe equivaldría de forma aproximada "al tamaño de las exportaciones de alimentos mundiales".
Entre los aspectos que se tienen en cuenta para poder desarrollar el índice, Killelea destaca tres variables: "La seguridad -que cubre aspectos como la tasa de homicidios, los crímenes de guerra, el número de personas en la cárcel, la fuerza policial o el terrorismo de estado-; los conflictos en desarrollo -se mide la intensidad, duración y el número de fallecidos en los conflictos-; y, por último, el nivel de las acciones militarizadas".
En cuanto a la tendencia del indicador de paz, Killelea explica que "en el caso del terrorismo, particularmente en Europa, el nexo de la ira está saliendo fuera de nuestras acciones en Oriente Medio", y al mismo tiempo añade que "mientras que los conflictos internos en Oriente Medio y en el Norte de África son cada vez más atrincherados, las partes externas se implican cada vez más y el potencial de una guerra de apoderados o indirecta entre las naciones estados va en aumento".