Economía

Así hemos cambiado: nos preocupaba la vivienda y no la corrupción y comprábamos coches de lujo

  • En 2007 la vivienda preocupaba al 36,7% de los españoles, hoy, al 1,4%
  • A diferencia de 2007, la corrupción y los políticos quitan ahora el sueño
José Luis Rodríguez Zapatero era presidente del Gobierno en 2007. Reuters

Que la crisis ha cambiado radicalmente el panorama español es una obviedad: hay pocos aspectos de nuestras vidas que no hayan experimentado una profunda transformación en los últimos ocho años. Ahora que parece que la crisis empieza a aflojar, podemos ver con claridad la foto fija de esta transformación.

En primer lugar, nuestras preocupaciones apenas tienen que ver con las de antes de la crisis. Por ejemplo, en 2007 el terrorismo y la vivienda eran lo que más agobiaba a los españoles. Así se lo confesaba al CIS el 44,1% y 36,7%, respectivamente, de la muestra. En el último barómetro, realizado hace unas semanas, el terrorismo agobiaba al 2,1% y la misma vivienda preocupaba al 1,4% de los ciudadanos. El paro en 2007 era el tercer motivo de angustia, pero muy lejos del nivel actual (36,5% de 2007 frente a 75,6% actual). Lógico teniendo en cuenta que el desempleo sigue superando el 20% y antes de la crisis no llegaba a la mitad.

También se nota que la desafección política se ha multiplicado con la crisis. Si la corrupción es ahora vista como el segundo mayor problema, es grave para un 43,4% de los encuestados, en 2007 apenas preocupaba al 2,4% de los ciudadanos. La clase política en su conjunto también ha empeorado su imagen. En 2007, era un problema para el 8,9%, porcentaje que prácticamente se ha duplicado desde entonces.

Gastamos mucho más en móviles, pero menos en ropa, vacaciones o comer fuera

Pero no sólo nuestras preocupaciones han cambiado radicalmente, también lo han hecho nuestros gastos, en buena medida, porque los bolsillos están hoy más vacíos. Así lo revela la Encuesta de Presupuestos Familiares, que no sólo dice que ahora (2015, último dato disponible) gastamos un 4,3% menos que entonces, sino que también se ha modificado la estructura de gasto.

Hay cosas en las que gastamos más, por ejemplo los teléfonos, cuyo presupuesto se ha triplicado en estos años. También, aunque probablemente por obligación, ha subido el gasto en educación superior (+73%, seguramente empujado por la subida de tasas) y en electricidad y gas (+50%).

Pero en muchas otras hemos reducido el presupuesto. Es el caso de la ropa (-28%) y el calzado (-16%), así como las vacaciones (-10%), lo que demuestra que nos hemos apretado el cinturón en los pequeños lujos diarios. También se nota en las comidas fuera del hogar, en las que ahora gastamos un 13% menos que en 2007, mientras que el gasto en alimentos apenas ha crecido un 1%. También gastamos menos en electrodomésticos y muebles e, incluso, hemos recortado un 30% el gasto en prensa y librería.

Dacia vende 6 veces más; Ferrari, la mitad

Uno de los sectores más afectados por el recorte de gasto es el automovilístico. A pesar de que gracias al plan PIVE las ventas están resistiendo, el presupuesto en automóviles ha bajado un 50% frente a 2007. En 2015 se vendieron un 36% menos de vehículos que en 2007, lo que, en términos absolutos significa casi 600.000 vehículos al año. Además, los coches que "triunfan" son más baratos mientras que los coches de lujo han perdido buena parte del mercado que tenían antes de la crisis.

Algunas marcas, como Ferrari, venden ahora la mitad que antes de la crisis y para otras firmas, como Cadillac o Aston Martin, la caída es mucho mayor. El caso contrario es Dacia, la marca low cost del Grupo Renault, cuyas ventas se han multiplicado casi por seis a lo largo de la crisis.

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