
Entre las seis condiciones sine qua non presentadas por Ciudadanos para investir presidente del Gobierno al candidato del Rey, Mariano Rajoy, brilla por su ausencia la política económica. En un entorno de incertidumbre global y tras ocho meses de desgobierno en España, los expertos lo tienen claro: urge aprobar el techo de gasto y sacar adelante los Presupuestos para que la economía española recupere la confianza no sólo de los mercados, sino también de Bruselas, que, pese a habernos amnistiado con una multa cero por incumplimiento de déficit, aún nos mantiene bajo su lupa y amenaza con la congelación de fondos europeos.
Apremia, pues, cuadrar las cuentas y, a juicio de los analistas, modificar el Impuesto de Sociedades se plantea fundamental y urgente para reconducir la recaudación. "La subida de impuestos es inevitable", afirma el profesor de Finanzas y Banca Juan Fernando Robles, quien apuesta por una modificación de Sociedades frente a medidas "más impopulares", como subir el IVA o el IRPF.
La clave está en este tributo también para Miguel Ángel Bernal, profesor y coordinador del Departamento de Investigación del IEB, que ve urgente la necesidad de hacer una "revisión importante" en el Impuesto de Sociedades, basada en una "armonización" impositiva que repercuta en mayor presión para las grandes empresas.
Aquí coincide el economista José Carlos Díez, para quien la subida de facto en el primer año de aplicación del tipo mínimo en los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades no implica un incremento de la recaudación a corto plazo por la existencia de créditos fiscales acumulados. En su opinión, la reforma de este impuesto debe conllevar la imposición legal de un tipo mínimo que se aproxime a lo que pagan las pymes y el incremento del tipo efectivo a las grandes.
Una agenda muy ajustada
Más allá de la modificación de Sociedades -cuestión que debe finiquitarse antes de que dé comienzo, el día 1 de octubre, el plazo para el último pago fraccionado- una vez los equipos de PP y Ciudadanos pongan la economía sobre la mesa de negociación, la agenda más inmediata exige la aprobación del techo de gasto previa a la elaboración de los Presupuestos antes del 23 de septiembre, fecha en que el Consejo de Ministros debe dar el visto bueno a las Cuentas de 2017 para después presentarlas en el Congreso antes del día 30. Esto, en el plazo más inmediato.
Con vistas al medio y largo plazo, los expertos requieren al futuro Ejecutivo, entre otras medidas, que profundice en la reforma laboral. Algunos, como Bernal, abogan por limitar el número de contratos y se muestran partidarios de la denominada 'mochila austriaca'. Otros, como Robles, no esperan que se aborde esta reforma de manera inmediata y auguran una subida del salario mínimo como "toque simpático" a la ciudadanía.
En cambio, para el profesor del IESE, José Ramón Pin, modificar la reforma laboral sería "una locura", en un momento en el que contamos con la confianza de los inversores. Lo que verdaderamente urge al próximo Gabinete es, según Pin, "continuar con la política económica" que nos ha permitido mantener un ritmo de crecimiento del 3%, eso sí, "adaptándola a las condiciones impuestas por la Unión Europea".