
Reino Unido cuenta con el sexto presupuesto militar del mundo y su industria de defensa es la sexta en orden de importancia. Dispone de capacidad nuclear militar y asiento permanente en el Consejo de Seguridad de unas Naciones Unidas cuya organización -es cierto- resulta anacrónica y está pendiente de urgente reforma. El impacto de su salida del bloque es indudable en el ámbito de la política exterior y de defensa.
La repercusión más obvia es que el Servicio Europeo de Acción Exterior, el embrionario cuerpo diplomático de la UE, se reorganizará dejando de contar con algunos enviados experimentados. Europa tiene menos peso, sí. Pero, a la vez, más libertad para actuar sin estar sometida a los caprichos del Gobierno británico esgrimiendo su opting out (derecho a disentir) ante cualquier situación que no le conviene.
Sin embargo, y a diferencia de lo que sucede con la economía y otras políticas comunes, el Brexit no afectará negativamente a la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Todo lo contrario: puede ser una oportunidad.
Es sabido que en los últimos años desde el Reino Unido se ha tratado de bloquear cualquier intento de Bruselas para intensificar la cooperación en defensa. No solo ha rechazado de plano la creación de un Ejército europeo -anatema para Londres- sino incluso el desarrollo de capacidades militares conjuntas.
Una Unión fuerte
En la pasada cumbre europea la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común, Federica Mogherini, subrayó la necesidad de una Unión fuerte. Con la mirada puesta en la amenaza terrorista en el Sur y Este del Mediterráneo así como en el corazón mismo de Europa -además de la agresividad de Rusia tras la anexión de Crimea- Mogherini reclama una visión estratégica compartida. Quiere dotar de contenido real la cláusula de asistencia mutua y solidaridad de los Tratados europeos para protegerse en caso de ataque. Asimismo solicita un aumento de la contribución para garantizar la defensa colectiva.
De nuevo y también en este aspecto, hasta este instante, Londres constituía el mayor impedimento. Por ejemplo, en la cuestión de la creación de un cuartel militar de la UE que Londres rechazaba con el argumento de "evitar duplicidades" con la OTAN. Mogherini, por su parte, habla de "un nivel apropiado de ambición y autonomía estratégica". Es decir, la OTAN y EEUU seguirán siendo socios prioritarios. No obstante, los europeos debemos ser capaces de garantizar la defensa colectiva y actuar de forma autónoma siempre que sea necesario. Una respuesta rápida a los desafíos: desde el terrorismo hasta los ciberataques pasando por el crimen organizado, la seguridad energética, la alimentaria y la gestión de las fronteras externas.
Se requiere para lograrlo un proceso de revisión coordinado de la planificación del gasto militar de los Estados miembros. Un mayor intercambio de inteligencia. Una base industrial y tecnológica sólida a nivel continental así como inversión y financiación suficientes en la investigación y desarrollo en la PCSD.
Al mismo tiempo se va a progresar en la integración del espacio Schengen. Esto se llevará a cabo impulsando la armonización de políticas de inmigración, fronteras y costas, junto a las medidas antiterroristas. Es significativo el respaldo que el Parlamento Europeo dio el miércoles al proyecto de creación de un sistema auténticamente supranacional europeo de control de fronteras.
El mecanismo funcionará de la siguiente manera: las autoridades nacionales continuarán encargándose del control diario si bien, en caso de presión, recibirán la ayuda de la guardia europea de la actual agencia Frontex, que desplazará agentes a los puntos fronterizos donde sean necesarios. El 71% de los encuestados en un reciente Eurobarómetro está a favor de que la UE intervenga más para proteger las fronteras exteriores.
En resumen, la PCSD una vez liberada del freno británico va a relanzarse mediante la Estrategia Global elaborada por la Alta Representante. Y lo peor para el Reino Unido es que ya no estará dentro para influir -menos aun, dirigir- esa evolución. Todo indica que en la presente Cumbre de la OTAN en Varsovia se van a reforzar las relaciones OTAN-UE. De ser así tampoco podrá capitalizar ese vínculo. Otro efecto negativo de ese gol en propia meta que ya lamenta la mayoría del Parlamento británico.