Economía

Rajoy rechaza que la UE negocie con Escocia y esquiva un 'contagio catalán'

  • Sturgeon se reunió ayer con Juncker, Schulz y los líderes europeos
  • Hollande reclama en Bruselas que sean interlocutores los Estados
  • Puigdemont: "Cambiarán su visión sobre el caso escocés y catalán"
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ayer, en Bruselas. Reuters.

La onda expansiva de la salida del Reino Unido de la UE se ha extendido desde el partido conservador británico hasta Cataluña. Porque la apuesta perdida del primer ministro británico, David Cameron, ha provocado que la jefa del Gobierno regional de Escocia, Nicola Sturgeon, se lance en una renovada cruzada para conseguir la independencia de su región para así permanecer dentro de la Unión.

Pero la oleada de simpatía e, incluso, las puertas abiertas que se ha encontrado la escocesa en el Parlamento Europeo o la Comisión se ha topado de frente con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

El líder de los populares quiso dejar "muy claro" al término de la cumbre europea de dos días, concluida ayer en Bruselas, que "si el Reino Unido se va, Escocia también se va", más allá de su interés por continuar siendo miembro de la familia europea.

Rajoy también cuestionó la ofensiva diplomática del Gobierno escocés para tratar de quedarse en la UE. El jefe del Ejecutivo dijo que está "radicalmente en contra, los tratados están radicalmente en contra y creo que todo el mundo está radicalmente en contra" de que se negocie la permanencia de Escocia en los 27 socios con alguien distinto que el Gobierno británico.

El presidente francés, François Hollande, respaldó al español al recordar que "las negociaciones se llevarán a cabo con el Reino Unido, no con una parte". Al ser preguntado Rajoy si España apoyaría la entrada de una Escocia independiente en la UE, respondió que eso es "colocarse muy lejos". Eso sí, insistió en que el Brexit no afecta al proceso independentista catalán, y que si las instituciones comunitarias hablan con alguien sobre este asunto que no sea Londres se estará actuando contra los tratados.

Los responsables de la maquinaria comunitaria saben que tienen que hilar fino. Sin embargo, les resultó muy difícil dar un portazo a Sturgeon en un momento en el que el europeísmo anda por los suelos.

Por eso, la escocesa fue recibida ayer por el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, los principales grupos políticos del Parlamento, incluido el PPE europeo al que pertenece Rajoy, e incluso el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Todos subrayaron que el objetivo de los encuentros era escuchar la posición del Gobierno escocés sobre la UE tras el 23-J.

Sin embargo, fuentes del Ejecutivo comunitario apuntaron al gran apoyo a la permanencia de Escocia en la UE no sólo entre sus ciudadanos sino también en Westminster. "Hay 60 diputados escoceses en el Parlamento británico a los que hay que escuchar", dijeron.

Según fuentes europeas, Juncker esperó a decir que se reuniría con la escocesa hasta ayer por la mañana, cuando Cameron ya no estaba en Bruselas. El tema es tan tóxico que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, declinó la solicitud para reunirse con ella al considerar que "no es el momento", según dijo uno de sus portavoces.

Hasta ahora, la Comisión ha manifestado que una Cataluña independiente se tendría que poner a la cola de solicitudes de adhesión. Pero el presidente catalán, Carles Puigdemont, se agarró ayer al éxito de Sturgeon en Bruselas para pedir a los críticos con la independencia que sean "más prudentes" cuando sostienen que una Cataluña quedaría fuera de la UE. "Verá cómo Bruselas cambia radicalmente la versión que tiene sobre Escocia y Cataluña, porque de hecho lo está haciendo ya", añadió.

A pesar de la ola de simpatía, en Bruselas tienen claro que el caso escocés y catalán no son equiparables. Cataluña es la que quiere salirse de la UE al romper con España, dijo un alto funcionario del grupo del PPE.

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