Economía

La economía china va a brillar, según el hombre más rico de Hong Kong

  • Li Ka-shing asegura que las exportaciones enjugan la sangría de capitales

No sufra por China. La economía más grande de Asia y la segunda mayor del planeta está destinada a brillar, pese a lo que pueda parecer en estos momentos. O al menos eso es lo que dice Li Ka-shing, el hombre más rico de Hong Kong y un empresario con sobrada experiencia en ese mercado.

Cuando se le recuerda a Ka-shing que la economía china, pese a la intervención constante del gobierno de la dictadura postcomunista no sólo no da muestras de vitalidad, sino que en el último trimestre registró el menor crecimiento en más de un cuarto de siglo, al millonario no le cambia el gesto.

"La perspectiva a largo término para China continental (por oposición a la economía de Hong Kong) es buena", afirma el octogenario directivo de CK Hutchison, y añade: "La gente sólo se fija en la deuda de las empresas públicas y de los hogares, pero tienen que darse cuenta de que China es un gran exportador".

Se trata, según este potentado empresario, de abrir el cuadro de enfoque y ver la situación en su contexto. Y las exportaciones nos cuentan, según él, que China cuenta con un colchón de capitales alimentado por el superávit comercial, que el pasado año ascendió a 3.700 billones de yuanes (cerca de 500.000 millones de euros). Y ese músculo exportador es, precisamente, el mejor remedio contra la fuga de capitales provocada por el debilitamiento de la moneda china.

Las declaraciones de Ka-shing se producen, hay que reconocerlo, cuando las medidas de estímulo aprobadas por el Gobierno parecen estar dando sus frutos, y se aprecian así algunas señales de estabilización.

Endeudamiento acelerado

Pese a todo, entre los críticos se destacan voces como la del Fondo Monetario Internacional, que recuerda que la velocidad a la que aumenta el crédito en China es una de las mayores amenazas para su economía. Así, Ka-shing está obligado a nadar contra corriente y a luchar contra quienes creen que el apalancamiento empieza a ser peligroso.

Y es que quizá el contexto sea relevante, pero es difícil confiar en la capacidad de la economía China cuando se recuerda, como hace Tom Orlik de Bloomberg Intelligence, que China ha acumulado más deuda en la última década que cualquier país del G-20. En los últimos meses, además, esta situación no deja de empeorar: el pasado año los préstamos vivos ascendían al 247 del PIB.

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