
El foro económico internacional de San Petersburgo, que arranca este jueves hasta el sábado, servirá para que más de 7.000 líderes empresariales y políticos intenten dar con las claves para impulsar el crecimiento y proteger los niveles de prosperidad en el entorno de volatilidad actual. El encuentro buscará además un acercamiento entre Europa y Rusia tras dos años de tensiones, no sólo a través de la política, sino también de las empresas.
El plato fuerte de la cita, que cumple su vigésima edición y de la que elEconomista es el único medio español invitado como patrocinador, es el encuentro entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Europa y Rusia atraviesan el momento más delicado en sus relaciones bilaterales desde el final de la Guerra Fría, debido a la ocupación ilegal de Crimea y la intervención rusa en el conflicto en Ucrania. Los europeos respondieron con unas sanciones a los sectores de defensa, energía y financieros que han agravado más la crisis económica rusa, causada por el pinchazo de los precios de la energía. Sin embargo, no será Juncker la única figura política europea que se acercará hasta la antigua capital imperial rusa.
Aprovechando el gesto del luxemburgués, otras figuras políticas europeas también se desplazarán hasta San Petersburgo. Entre ellas, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, su homólogo maltés, Joseph Muscat, y el expresidente francés Nicolás Sarkozy, aspirante a convertirse en el candidato de la derecha a las elecciones galas de 2017.
El 'made in Italy', protagonista
Renzi será el abanderado de una nutrida delegación italiana que estará encabezada por los jefes de algunas de sus principales firmas como Pirelli, Barilla, Intesa Sanpaolo, Eni, Enel o Finmeccanica. Todos ellos participarán en un panel sobre cómo el made in Italy puede ser un nuevo pilar para reforzar la cooperación Rusia-Italia.
Juncker, que tuvo que convencer incluso a su propio equipo para participar en el foro y reunirse con Putin, viajará acompañado de dos miembros de su Comisión: la vicepresidenta responsable de Presupuestos y Recursos Humanos, Kristalina Georgieva, y el comisario de Agenda Digital, Gunter Oettinger.
La comisaria búlgara buscará el apoyo del Kremlin en sus aspiraciones para suceder a Ban Ki-moon como secretario general de la ONU a partir de enero de 2017. Por su parte, el comisario alemán participará en un panel sobre la digitalización de la industria, un tema muy próximo a las prioridades del Gobierno alemán y que Bruselas intenta relanzar con una nueva estrategia para no perder el tren de la cuarta revolución industrial.
Ban Ki-moon será precisamente otro de los asistentes al foro, que aunque no llega a reunir al medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno que acuden al Foro Económico Mundial de Davos en enero, sí logra atraer a un importante número de líderes políticos y empresariales.
Otras figuras de la política serán el presidente de Guinea, Alpha Conde, y el de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev.
El sector privado estará representado por los primeros espadas de numerosas multinacionales. Entre ellos, el jefe de Alibaba, Jack Ma; el de BP, Robert Dudley; el de Huawei, Guo Ping; el de Glencore, Ivan Glasenberg; el presidente de Samsung Electronics, Sang Jin Park; el de las consultoras McKinsey, Dominic Barton, y The Boston Consulting Group, Jens Deerberg-Wittram.