
Angela Merkel, la canciller de Alemania desde hace más de diez años, lidera los rankings de las mujeres más influyentes. No es de extrañar que la revista Forbes la haya elegido por sexta vez consecutiva como la mujer más poderosa del mundo. Tras dos gobiernos de "Gran coalición" con el Partido Socialdemócrata, los de Merkel (CDU) encaran las próximas elecciones de 2017 con varios desafíos a los que la canciller deberá hacer frente.
Relación con el CSU
Debido a la política "de puertas abiertas" que según su socio (CSU) ha practicado Merkel en la cuestión de los refugiados, las relaciones de los democristianos y su partido hermano se han resentido. El presidente de CSU, Horst Seehofer, ha amenazado a Merkel con denunciar ante los tribunales por su política de acogida. En septiembre, Baviera decidió cerrar temporalmente su frontera con Austria ante la llegada masiva de asilados.
Crisis de los refugiados
Desde que comenzase la llamada "crisis de los refugiados", Angela Merkel ha permitido que llegasen a Alemania más de un millón de refugiados. No ha acogido a todo ese millón, pero tramita miles de solicitudes de asilo cada mes. A raíz del acuerdo con Turquía, las solicitudes se han reducido drásticamente, pero tendrá que garantizar la integración a quienes acepte como asilados. La absorción de los migrantes en el mercado laboral alemán también es una de las tareas en las que el ejecutivo trabaja.
Creación de empleo
En mayo Alemania consiguió reducir la cifra de desempleados hasta un 6 por ciento, un nivel no visto desde épocas anteriores a la reunificación. Continuar creando empleo en un contexto de recesión económica mundial es uno de los retos para el Gobierno que dirige Merkel. También tendrá que insertar laboralmente a las 7 millones de personas cuya principal ocupación es un minijob, para que consigan puestos de trabajo de calidad.
Diplomacia con Turquía
En Alemania viven más de 2 millones y medio de turcos, de los que muchos ya son ciudadanos alemanes de pleno derecho. Con motivo del acuerdo entre Turquía y la UE para la acogida de refugiados, Berlín le prometió a Turquía que a partir de junio los turcos no necesitarían visa para entrar en Alemania como turistas. Éste era uno de los puntos fuertes del acuerdo. Finalmente, Alemania no ha podido cumplir con el plazo que se propuso y todavía no se ha implantado la medida. El Bundestag ha reconocido el genocidio armenio, lo que ha vuelto a levantar reticencias entre los turcos. Estos meses Merkel deberá hacer gala de la diplomacia que le caracteriza para frenar nuevos conflictos entre los dos gobiernos.
Ascenso de la extrema derecha
Las elecciones regionales de marzo arrojaron un devastador resultado para la "Gran coalición". Tanto CDU como SPD salieron muy debilitados, especialmente en la región oriental de Sajonia-Anhalt, donde la extrema derecha (AfD) quedó en segunda posición. Este nuevo partido, de corte euroescéptico y contrario al Euro, canaliza el descontento alemán tanto con la inmigración como con la austeridad. Este es el motivo de que consiga votos procedentes de todo el espectro político.
Cohesión de la 'Gran Coalición'
El diálogo será fundamental en estos últimos meses de mandato entre el SPD y CDU, pues las encuestas pronostican el descenso de los dos principales partidos en beneficio de Alternativa para Alemania (AfD). La principal medida que han aprobado juntos es el establecimiento del salario mínimo, lo que ha supuesto una mejora en la calidad del trabajo. Rompiendo con el rumbo de la mayoría de los países de la Unión Europea, también se han revalorizado este año las pensiones entre un 4 y un 6 por ciento.
Reformas europeas
Por último, una de las cosas que hacen a Merkel poderosa es su posición ante las reformas europeas propuestas por la Troika y el BCE. Hemos visto a la canciller tanto hablando de los rescates de Grecia, como instando a España a que cree empleo.
Exportar el modelo alemán a EspañaAngela Merkel es partidaria de exportar el modelo de 'Gran coalición' alemán al futuro gobierno de España. En las anteriores elecciones del 20-D se pudo ver a la canciller en un acto del Partido Popular, donde hizo campaña por Mariano Rajoy. Según los populares, Merkel llamó a Rajoy tras las elecciones, alarmada por el giro de España hacia la izquierda radical. El ejecutivo alemán teme que se rompa la senda de reformas emprendidas por el PP.