
El programa económico que Podemos presentó el martes es irrealizable, y tratar de ponerlo en práctica puede dañar seriamente la actividad. Los expertos consultados por elEconomista se muestran tajantes a la hora de valorar medidas como la subida de 20.000 millones de euros prevista por la formación en IRPF y Sociedades, la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio, la creación de un nuevo tipo de IVA para los productos de lujo o el impuesto a la banca, entre otras.
Los economistas entienden que el plan parte de unas previsiones económicas inviables -como el avance del PIB al 3,5%- y de una premisa errónea, la de que el gasto público por sí solo puede tener el efecto de un acelerante sobre la actividad.
La trampa del gasto público
Tirando de gasto público, es imposible inducir un avance del 3,5% del PIB, con la estructura que tiene nuestra economía, muy dependiente de la actividad privada. Es la tesis que sostiene Juan Fernando Robles, profesor de Finanzas y Banca, quien hace hincapié en que, al mismo tiempo, en que una subida de tributos -de 27.000 millones de euros a las rentas altas y las grandes empresas- sólo puede deprimir más la actividad.
Cambios tributarios regresivos
Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, incide en que la subida del IRPF, en concreto, afectará "a todo el mundo" y no traerá consigo el alza pretendida en la recaudación. Desde su punto de vista, lo que debería buscar cualquier reforma tributaria es elevar las bases imponibles, porque esto lleva implícito un aumento de la riqueza. Contar con bases imponibles más amplias implica que las rentas son mejores, que el negocio de las empresas aumenta, que también lo hacen empleo y consumo y que la economía, en definitiva, marcha mejor, sostiene.
En este punto, coincide con Robles en que nuestro crecimiento se apoya, fundamentalmente, en la demanda interna, que es la que puede verse comprometida con el planteamiento fiscal de la formación morada. Al mismo tiempo, remarca que elevar la imposición a las rentas del capital afectará fundamentalmente a la clase media.
Robles es taxativo al asegurar que el elevar la tributación personal tendría efectos más contractivos, incluso, que las subidas en Sociedades. La formación de Pablo Iglesias apuesta, entre otras cosas, por elevar el tipo general al 30 por ciento o por imponer un mínimo a las grandes empresas. El motivo es que estas grandes sociedades tienen la posibilidad, desde lo legal, de buscar alternativas para "alterar sus esquemas de tributación".
Los expertos ven necesario detallar, cuáles son los "productos de lujo" y aseguran que una subida del IVA que no toque los productos que consume, de forma mayoritaria, la clase media no tendría un impacto relevante en la recaudación.
Mensaje negativo a Bruselas
Uno de los aspectos del programa que más controversia genera entre los expertos es el hecho de que la formación morada reconozca que su programa económico implica el retraso en la consecución del objetivo de estabilidad hasta 2019 (dado que proponen reducir el saldo negativo en 0,75 puntos por año hasta el 2,1% ese ejercicio) y las consecuencias que esto puede tener. "Este planteamiento no se sostiene desde ningún ámbito de la negociación con Bruselas", asevera Robles.
Especialmente rotundo se muestra el economista José Carlos Díez, quien se pregunta si, con estas medidas, "lo que está buscando Podemos es que el Banco Central Europeo deje de comprar deuda española". Díez no entiende que, con un programa que incluye las medidas que el partido presentó ya en diciembre, ahora prevean un aumento del gasto 36.000 millones menor. Este punto también le resta credibilidad, desde su punto de vista.
Díez lamenta que, con su plan, Podemos diga a los electores que "vamos a vivir en un mundo sin restricciones, donde no habrá escasez". Recuerda que Bruselas nos exige un ajuste de 8.000 millones y que esto implica que, gobierne quien gobierne, deberá ajustarse el cinturón, subir impuestos y recortar el gasto. "Evidentemente no será un ajuste como el de 2012, pero habrá que llevarlo a cabo".