
La obra pública es una de las grandes promesas del Gobierno para intentar salvar la crisis que vive el sector constructor, hasta el punto de que el Ministerio de Fomento ha propuesto adelantar proyectos para reactivar cuanto antes la economía. Incluso, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que la inversión en infraestructuras del transporte crecerá un 6% en los Presupuestos de 2009.
Sin embargo, entre lo dicho y lo hecho, va un trecho. Y muy grande en este caso. Tanto, que no sólo se está licitando menos que el año pasado, sino que muchos proyectos ya sacados a concurso y con ofertas presentadas están congelados en los cajones de la Administración Pública sin adjudicarse.
Según los datos recopilados por elEconomista, casi medio centenar de proyectos, que suman 1.700 millones de euros, llevan meses esperando un destino. Esta cifra equivale a más del 20% de todo lo licitado por el Ministerio de Fomento y sus organismos dependientes en lo que va de año.
Algunos proyectos, como la ampliación de la terminal 2 del Aeropuerto de Valencia o la ampliación del edificio terminal del aeródromo de Gran Canaria, llevan seis meses con ofertas en firme y sin adjudicarse, desesperando así a las empresas del sector, que confiaban en una reactivación de la obra pública para capear la caída de la construcción residencial.
Grandes inversiones
Algunas fuentes apuntan a trabas medioambientales para sacar adelante los proyectos en fecha, mientras que otros destacan la endémica situación de muchos ayuntamientos y comunidades como argumento.
El Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (Peit) del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero contempla la inversión de 240.000 millones hasta el año 2020. Sin embargo, cada día parece más difícil alcanzar este objetivo.
Según datos de la patronal de las grandes constructoras (Seopan), hasta junio, la licitación pública ha caído un 17,4%, con la Dirección General de Carreteras a la cabeza, tras un desplome de su actividad del 63%. No obstante, en esta caída juega un importante papel el megacontrato de conservación de autovías de primera generación que adjudicó en 2007, por importe de 3.643 millones de euros.
En el terreno de la concesión de autopistas, la situación es todavía más grave. Durante toda la pasada legislatura, el Ministerio de Fomento sólo licitó un proyecto, la vía de pago que unirá Málaga con el Alto de las Pedrizas. Los 24,5 kilómetros de estas infraestructuras fueron adjudicados a Sacyr en julio de 2006 y refrendados por el Consejo de Ministros en septiembre de ese mismo año. Pero la firma del contrato definitivo se retrasó hasta noviembre de 2007.
Desde entonces, el organismo que dirige Magdalena Álvarez sólo ha sacado a concurso otra concesión, la Radial 1 de Madrid.