
El desequilibrio entre la oferta y la demanda de petróleo que generó Estados Unidos con el auge del fracking, ha sido el responsable de la caída de los precios de los últimos dos años. La demanda no era capaz de superar a la oferta, debido a los torrentes de crudo que había introducido en el mundo el gigante norteamericano.
Sin embargo, si se tienen en cuenta las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía -IEA, por sus siglas en inglés-, incluso con el incremento en la extracción que se espera por parte de Irán, el mercado del oro negro se habrá estabilizado a final de año, gracias a una demanda que continúa avanzando -aunque sea a menor ritmo que el año pasado- y a un recorte en la extracción por parte de los productores menos rentables, especialmente los que se dedican a bombear el shale oil en Estados Unidos.
El equilibrio, en cifras
Según la Agencia, la sobreoferta mundial de petróleo se mantenía en los 530.000 barriles al terminar el primer trimestre -la producción global fue de 96,4 millones de barriles, frente a una demanda de 95,87 millones-. Sin embargo, no se puede descartar el incremento en la extracción previsto por parte de Irán para los próximos meses, cercano a los 400.000 barriles -el país ha declarado que tiene intención de volver a los 4 millones de barriles diarios, y ya roza los 3,6 millones-. Así, la sobreproducción total queda en el entorno de los 900.000 barriles, la misma cantidad en la que aumentará la oferta durante los últimos tres trimestres de 2016, si se tiene en cuenta la estimación lanzada por la IEA, que apunta a que la demanda avanzará a un ritmo medio de 1,2 millones de barriles este año. De esta forma, descontando los 3 primeros meses de ejercicio, el consumo avanzará en 900.000 barriles durante los últimos trimestres de 2016, equilibrando el mercado en este periodo.
El mercado compra la idea
Si bien se trata de un cálculo aproximado, que tiene en cuenta que la oferta se mantenga estable en los niveles del primer trimestre -a excepción de Irán-, la especulación de que este mercado estará en equilibrio en no demasiados meses no es nueva: la IEA lo destacó apenas dos días después del fracaso de la reunión de Doha, el 17 de abril, destinada a establecer un límite en la extracción entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP- y otros grandes productores, como Rusia.
La Agencia explicó entonces que, incluso con un escenario en el que la OPEP alcanzase niveles de 33 millones de barriles al día, ?la sobreoferta caerá hasta los 200.000 barriles diarios durante los dos últimos trimestres del año?. La agencia añadió que ?incluso si esta previsión fuese excesivamente alcista, no hay duda de que el mercado del petróleo se dirige hacia un balance entre la oferta y la demanda?. Según explicaron fuentes del mercado en aquel momento, este anuncio pudo ser el responsable de que el crudo aguantase el tipo tras la falta de acuerdo entre los productores, que anticipaba caídas en los precios: desde la reunión el Brent sube un 11 por ciento, y ya suma más de un 71 por ciento desde los mínimos del año.
EEUU e India, protagonistas
Y es que, el desplome del crudo ha obligado a recortar la oferta en muchos lugares del mundo: la industria ha reducido la inversión de forma importante y se han cerrado los pozos más ineficientes; según la petrolera Baker Hughes, desde finales de 2014 en Estados Unidos se ha clausurado un 80 por ciento de los pozos abiertos, pasando de más de 1.600, máximos históricos, hasta los cerca de 320 que se mantienen activos ahora.
Mientras tanto, la demanda sigue avanzando, a pesar de que crece a un ritmo más lento que el año pasado -en 2015 aumentó a una media de 1,5 millones de barriles diarios, frente al 1,2 previsto para 2016-, impulsada, según explicó la IEA en su informe, por la fortaleza que está mostrando el consumo en China y, algo más sorprendente, el que llega desde Rusia e India. Este último según la Agencia, ?está superando a China como el mayor mercado en crecimiento para el crudo?.