Economía

El FMI avisa sobre el debilitamiento económico que se avecina en China y Japón

El Fondo Monetario Internacional observa en sus Perspectivas Económicas Regionales para Asia Pacífico un importante debilitamiento de las dos mayores economías de la región: China y Japón. En el caso chino, el ajuste hacia una actividad económica orientada en el consumo interno y el sector servicios seguirá lastrando el crecimiento de la segunda mayor economía mundial. Un hecho que puede observarse en la trayectoria marcada por los funcionarios de la institución, donde el país perderá siete décimas en el ritmo de avance de su actividad entre 2015 y 2017. Así, este año, el Fondo observa un incremento del 6,5% para el PIB chino que seguirá decelerándose el año que viene, hasta al 6,2%.

Como parte de la transición orquestada por Pekín se incluye un importante reajuste industrial dentro del país, que incluye suculentos despidos y cierres de fábricas. Un hecho que adereza la contracción de la actividad manufacturera china. Aunque los datos oficiales del Buró Nacional de Estadísticas y la Federación de Logística y Adquisiciones de China indicaron el pasado lunes una lectura de 50,1 en su Índice de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) para el sector manufacturero el pasado mes de abril, el sondeo que realiza Caixin ofreció una perspectiva más lúgubre, donde la actividad ahondaba su contracción al registrar una lectura de 49,4, tres décimas menos que en marzo. Recordemos que cualquier cifra por debajo de 50 indica un crecimiento negativo de la actividad.

El estudio mostró que las condiciones algo débiles del mercado y la caída de la demanda provocaron que las empresas se mostrasen más cautas en lo que a sus programas de producción se refiere, mientras que los registros de nuevos pedidos se estancaron tras la leve expansión del mes anterior. Entre tanto, la debilidad de la demanda extranjera continúo afectando a los pedidos, lo que supuso que en abril las exportaciones cayesen por quinto mes consecutivo. Las empresas aplicaron políticas de existencias prudentes el mes pasado, en el que bajaron a mayor ritmo tanto los stock de productos terminados como la producción. "Con carácter general, los datos mostraron que era necesario apuntalar los pilares de la recuperación económica de China y que el gobierno todavía necesita prestar atención a los riesgos de caídas", analizó He Fan, economista jefe del Caixin Insight Group.

Desde el FMI, sus expertos aseguraron que la transición que sufre la economía china "se dejará notar en sus socios regionales a corto plazo, especialmente en aquellos con mayor exposición al país". Es por ello que para reforzar su resistencia a este contexto y a otros riesgos globales, los distintos gobiernos deberían implementar reformas estructurales para aumentar la productividad y aligerar la fiscalidad, apoyando al mismo tiempo la demanda en función de las necesidades. Mientras la región en su conjunto crecerá un 5,3% en 2016 y 2017, con la India postulándose como la economía que más rápido crece, a un ritmo del 7,5% este año y el que viene, Japón, la tercera mayor economía del mundo según su PIB nominal, seguirá sufriendo estragos.

En estos menesteres, las exportaciones niponas sufrirán el reciente encarecimiento del yen, que opera sus niveles más altos en 18 meses frente al dólar, mientras que los intercambios con China retrocederán. Por ello, el FMI reduce su previsión del crecimiento japonés para 2016 a 0,5%, mientras que estima un -0,1% para 2017 a causa del aumento esperado del impuesto al consumo. La institución internacional también cita el problema de la envejecida población nipona y una deuda enorme.

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