Economía

Nueva tensa manifestación en Francia contra la reforma laboral de Hollande

París, 28 abr (EFE).- Miles de trabajadores y estudiantes volvieron hoy a protestar en Francia contra la reforma laboral del Gobierno socialista, en una jornada que se saldó con desórdenes en los transportes y altercados entre manifestantes y las fuerzas del orden.

El cuarto gran pulso ciudadano que la intersindical ha lanzado en dos meses a la ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, buscaba incrementar la presión para retirar un texto que comenzará a ser debatido en el Parlamento el próximo martes.

La reforma, según los siete sindicatos convocantes, es "portadora de grandes peligros para el mundo laboral", y ha provocado igualmente malestar en la patronal francesa Medef, que ha amenazado con romper las negociaciones con los agentes sociales si no se modifica.

La movilización de hoy, pese a la espectacularidad de las imágenes de los enfrentamientos, fue menor que en anteriores convocatorias. Solo en París, según la prefectura de Policía de la capital, entre 14.000 y 15.000 se echaron a las calles, una cifra que los sindicatos elevaron a 60.000.

En la capital y otras ciudades como Nantes, Marsella, Rennes o Lyon, la policía respondió con gases lacrimógenos y cargas al lanzamiento de piedras, botes de pintura y cócteles molotov por parte de algunos manifestantes.

El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, detalló ante la prensa que 24 agentes resultaron heridos, de ellos tres "muy graves" en París, y que hubo 124 detenciones en toda Francia, que elevan a 382 el número de arrestos desde el inicio de las protestas.

Como en la pasada convocatoria, del 31 de marzo, el paro repercutió también hoy en los transportes.

El 20 % de los vuelos fueron anulados en el aeropuerto parisino de Orly, con retrasos que se registraron también en el de Charles de Gaulle, y el tráfico se vio afectado en las líneas de cercanías, mientras que la compañía ferroviaria SNCF aseguró que nueve de cada 10 trenes iban a circular.

"Somos partidarios de una reforma que esté a favor de los trabajadores, no de las empresas", explicó a la prensa el sindicalista de la CGT Reynald Kubecki, insistiendo en el abandono sin ambigüedad del texto actual.

La oposición al proyecto gubernamental, que según el Ejecutivo favorecerá la contratación, comenzó el 9 de marzo.

En la protesta de finales de ese mes, la marcha llegó a reunir a 390.000 personas en toda Francia, según las autoridades, y hasta a 1,2 millones, a juicio de los sindicatos, que rebajaron a medio millón los opositores de hoy.

El próximo 1 de mayo, día del trabajo, servirá de nuevo de termómetro contra esa reforma, y la movilización se reflejará igualmente dos días después, cuando comience su trámite parlamentario.

"Que cada uno asuma sus responsabilidades. En primer lugar el Gobierno, retirando el texto, pero también los diputados, rechazándolo", reclama el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez.

Los sindicatos están convencidos de que pueden mantener la presión hasta que el Gobierno renuncie a esa reforman vista como demasiado liberal, y que en su opinión da preeminencia a los acuerdos en el seno de las empresas sobre los convenios colectivos, lo que debilita la posición de los trabajadores en la negociación.

El Gobierno, por su parte, afirma que se debe flexibilizar el mercado laboral para que los empresarios creen empleo.

Firme en sus planes, los socialistas han hecho algunas concesiones, como la imposición de una mayor fiscalidad a los contratos temporales para primar los indefinidos, pero estas no han conseguido frenar el descontento.

Y a la contestación sindical se sumó desde principios de abril el movimiento conocido como "Nuit Debout" (la noche en pie), que tiene en la plaza parisina de la República el centro de sus operaciones y amplía en sus asambleas el debate sobre los cambios previstos.

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