Rousseff asegura que evitará cualquier ?retroceso? democrático en su país
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aprovechó su paso ayer por Naciones Unidas para asegurar que intentará evitar cualquier ?retroceso? democrático ante el ?grave momento que vive Brasil?. Un mensaje velado con el que la mandataria de la mayor economía de Latinoamérica quiso referirse al probable proceso de destitución que enfrenta en casa. Una peliaguda situación a la que Rousseff evitó referirse de nuevo como ?golpe de Estado?, algo que sí hizo a comienzos de semana tras conocerse que la Cámara de los Diputados brasileña aprobó su proceso de impeachment.
?Nuestro pueblo trabaja duro, ama la libertad y no dudo que va evitar cualquier retroceso?, incidió Rousseff desde la sede de la ONU en Nueva York, donde reiteró que la sociedad brasileña ?ya superó el autoritarismo en el pasado y logró construir una democracia viva?. Palabras de aliento que llegan en un momento en que muchos analistas en Wall Street plantean ya un escenario en que la presidenta se verá obligada a pasar el testigo a Michel Temer, su brazo derecho en el Gobierno.
?Las grandes reformas estructurales no serán aprobadas?, reconoce Bruno Rovai, analista de Barclays, quien asegura que otras medidas que no necesiten el visto bueno de los legisladores sí podrían llegar a buen puerto. Sobre Michel Temer, este experto considera que ?podrá lidiar con la situación si la inflación baja? porque las dinámicas de deuda no serán explosivas.
Ante la reunión de política monetaria del Banco Central de Brasil de la próxima semana, el consenso del mercado cree que los tipos de la tasa Selic se mantendrán sin cambios. ?Esperamos que la inflación no llegará a situarse por debajo del 6,5 por ciento a finales de este año?, avisa David Beker, economista de Bank of America Merrill Lynch en Brasil. ?Esperamos que las rebajas de tipos comiencen en 2017 pero ya que la actividad económica está tardando más de lo previsto en recuperarse, existe la posibilidad de recortes de tipos este año?, estima.
De confirmarse el proceso de destitución de Rousseff, su vicepresidente tendrá que intentar asegurarse el apoyo legislativo suficiente para poder avanzar con el programa económico y mejorar así la confianza a corto plazo. La situación fiscal del país está lejos de registrar una mejora. Un tercio de los estados brasileños han pedido al Tribunal Supremo que recalcule la deuda que estos deben al Gobierno central utilizando tipos de interés simple, en lugar de compuesto. De llegar a materializarse, podría restar hasta 313.000 millones de reales en ingresos al Ejecutivo de Brasil.
La prensa local ya hace cábalas sobre quién podría formar parte de un presunto Gobierno liderado por Temer, con nombres como Henrique Meirelles, Jose Serra o Arminio Fraga cogiendo bastante impulso. Desde J.P. Morgan Chase, su economista David Hensley, recuerda que ?si Rousseff es destituida, un Gobierno capitaneado por Temer no es una opción clara dadas las investigaciones en curso?. Sin embargo se hace eco de los medios brasileños, ?que ya analizan las propuestas favorables para el mercado que baraja Temer y su posible equipo?.