Economía

La desbandada de aliados de Rousseff inclina la votación hacia la destitución

El Supremo rechaza el intento del Gobierno de bloquear el ?impeachment?

La todavía presidenta brasileña, Dilma Roussef, afronta más sola que nunca las que podrían ser sus últimas horas al frente del país. Sus base aliada se ha ido disipando en la antesala de un juicio político que, de tornarse en derrota de la líder del Partido de los Trabajadores (PT), abriría un escenario no visto en el país desde la destitución del entonces presidente Fernando Collor de Mello en el año 1992, por su implicación en la trama corrupta de la petrolera estatal Petrobras.

Desde que la comisión especial de la Cámara de Diputados votase el martes a favor de celebrar un impeachment contra Rousseff por maquillar los presupuestos de 2014 para ocultar el aumento del gasto público en plena campaña electoral, la desbandada ha sido generalizada. El Partido Social Democrático (PSD) y el Partido Laborista Brasileño (PTB) anunciaron el miércoles que la mayor parte de sus legisladores votará este domingo contra Rousseff.

Un día antes, el Partido Progresista (PP), importante aliado de la mandataria, anunció su abandono de la coalición de Gobierno, en un nuevo revés para la presidenta tras la salida del Ejecutivo del mayor apoyo del PT, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) hace dos semanas.

Intento de bloqueo, frustrado

Pese a los desesperados intentos de la sucesora de Lula da Silva, quien ha calificado el juicio político contra Rousseff de ?estafa?, la presidenta no ha logrado suspender la votación prevista para este domingo y cuyo trámite dio comienzo ayer en la primera de las tres sesiones extraordinarias que celebrará la Cámara de Diputados para debatir la pertinencia del impeachment.

El Tribunal Supremo de Brasil rechazó el viernes, por ocho votos a dos, el intento del Gobierno, a través del abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo, de bloquear la votación hasta que exista un dictamen definitivo sobre las presuntas irregularidades del proceso que ha situado a la presidenta en el punto de mira de la mayor crisis política reciente en el país.

Antes, Rousseff, que niega haber cometido delitos que justifiquen su destitución, quemó uno de sus últimos cartuchos ofreciendo un ?pacto amplio? a la oposición en caso de sobrevivir al impeachment, en un intento por salvar su Presidencia ante la tentativa de lo que tilda de ?golpe de Estado?, orquestado por su vicepresidente Michel Temer y por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.

Precisamente, Temer (PMDB), quien se postula como presidente en caso de que caiga Rousseff, ya fragua un equipo en la sombra. Según apuntan medios brasileños, diputados que hace apenas unos días apoyaban a Rousseff ya estarían buscando cargos en un hipotético Gobierno del aún vicepresidente.

Es más, el líder del PMDB no ha perdido el tiempo y, a la espera de la resolución del impeachment, hace campaña proponiendo una reforma fiscal gradual y políticas ?favorables al mercado?, que ?creen empleos y aumenten los ingresos?.

El programa de Temer pretende reequilibrar las empobrecidas cuentas públicas de Brasil, que lidia con la mayor recesión económica de los últimos 25 años. El Producto Interior Bruto se contrajo un 3,8 por ciento el pasado año 2015, y esta misma semana el Fondo Monetario Internacional rebajó su previsión de crecimiento para la economía brasileña este año hasta el 3,8 por ciento en negativo, en su segundo año consecutivo de contracción.

Mayoría por el ?impeachment?

La cifra de diputados que están a favor de llevar a cabo un juicio político contra Rousseff habría alcanzado ya el mínimo de dos tercios de la Cámara requerido (esto es, 342 votos de 513) para que el proceso pase al Senado, al que le corresponde juzgar si la presidenta cometió o no algún delito, según las encuestas que actualizan diariamente los periódicos brasileños.

El diario Estadao da cuenta de que 342 diputados votarían a favor del impeachment, 128 lo harían en contra, 15 están indecisos y 28 no respondieron. Según Folha de San Pablo, hay 338 congresistas a favor del proceso, 123 en contra y 22 que no se han definido; el resto no respondió. Por su parte, O Globo cifra también en 342 los diputados que estarían dispuestos a apoyar el juicio político, 118 se sumarían a la mandataria y 53 se abstienen de opinar.

Las quinielas parecen inclinar la votación hacia la derrota de Rousseff este domingo en la Cámara de Diputados. De producirse, una mayoría simple en el Senado sería suficiente para apartar a la mandataria de su cargo durante 180 días, en los que Temer asumiría el Gobierno interino.

La decisión final se tomaría en una sesión del Senado presidida por el presidente del Tribunal Supremo, siendo necesario el voto de 54 de los 81 senadores para hacer efectiva la condena.

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