Economía

Italia consolida su banca ante el gran problema de los créditos dudosos

  • La unión del BPM y Banco Popolare da comienzo al baile de fusiones

Revolucionar el mundo de las cooperativas de crédito italianas, enraizadas cada una en su territorio, no es un proceso fácil ni inmediato. Pero a un año de la reforma del sector aprobada por el Gobierno de Matteo Renzi, el baile de fusiones por fin ha empezado. El pistoletazo de salida lo dieron en Semana Santa Banca Popolare di Milano (BPM - la principal cooperativa de la capital financiera italiana) y Banco Popolare, entidad del Veneto.

Los dos bancos, que juntos pueden formar la tercera entidad financiera italiana, se cortejaban desde hace meses con todas las dificultades del caso: no se ha tratado solo de poner de acuerdo a los accionistas, sino también de preparar un acuerdo prematrimonial que fuese avalado por un padrino tan exigente como el Banco Central Europeo.

Finalmente, la fusión se celebrará incluyendo un plan de ampliación de capital por parte de Banco Popolare por unos 1.000 millones de euros. Los socios del esta entidad controlarán el 54% del capital del nuevo grupo y los de BPM tendrán el 46%.

La ampliación de capital, requerida por el BCE, indica que el nudo del proceso de consolidación de la banca cooperativa italiana son los créditos dudosos, una montaña de activos tóxicos que se sitúa entre 200.000 y 300.000 millones de euros.

La solución al problema propuesta por el Gobierno italiano (es decir, la venta de activos a precio de mercado con una garantía pública) está siendo experimentada solo por una pequeña entidad, la Banca Popolare di Bari, que acaba de librarse de 800 millones de euros de créditos tóxicos.

Se trata, sin embargo, de un camino muy oneroso y los bancos, de momento, prefieren esperar la consolidación del mercado para enfrentarse el problema. La lógica es que entidades más grandes tienen hombros lo suficientemente anchos para soportar el fardo de los créditos dudosos. BPM y Banco Popolare, por ejemplo, prometen deshacerse -tras el matrimonio- de 11.000 millones de activos tóxicos. El nuevo grupo bancario, de hecho, tendrá una capitalización de mercado de más de 5.000 millones de euros y activos por un valor total de más de 171.000 millones, perfilándose como la tercera entidad italiana, tras los gigantes Unicredit e Intesa.

La esperanza, sin embargo, es que la consolidación bancaria -y al mismo tiempo la cesión de activos tóxicos- no se pare, sino que coja velocidad, empujando a nuevos bancos a fusionarse.

La presidenta del Mecanismo Europeo de Supervisión del BCE, Danièle Nouy, explicó que "Italia es uno de los países donde hay espacio para fusiones bancarias con el objetivos de llegar a bancos más rentables y con modelos de negocio más sostenibles". Nouy, en las negociaciones con los banqueros italianos, seguirá poniendo condiciones para que las nuevas entidades sean "más fuertes y no más débiles". Sin embargo, la responsable de la supervisión de la Eurotorre subrayó que la fusión entre BPM y Banco Popolare "es una operación muy importante y tiene que ser un éxito, ya que a lo mejor es el comienzo de una serie de otras fusiones".

La opinión del BCE es compartida también por la agencia de rating Moody's, que celebra la operación como un hecho positivo no solo para las dos entidades interesadas, sino también "para el sistema bancario italiano en su conjunto".

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