
Tres meses de extraordinaria parálisis gubernamental en España ya hacen mella en nuestra economía. Según auguran los expertos, el peso de la incertidumbre política podría lastrar hasta en dos décimas el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre del año, hasta el 0,6%, desde el avance intertrimestral del 0,8% experimentado en los tres últimos meses de 2015.
Hoy se cumplen 100 días desde que el voto de los españoles en las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 puso fin al bipartidismo del azul y el rojo y dio lugar a un Parlamento multicolor en el que, veto tras veto y con las negociaciones estancadas, no salen las mezclas. Aunque la gobernabilidad del país está garantizada por el Ejecutivo en funciones, y con los Presupuestos aprobados, el impasse político ya se deja sentir en la economía española y los signos de ralentización empiezan a asomar.
Alerta por desaceleración
Hasta la fecha, tres servicios de estudios nacionales han alertado en sus previsiones de la desaceleración del crecimiento en el arranque de 2016 en comparación con la recta final del año pasado. Los analistas del Panel de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) fueron los primeros en pronosticar una contracción de dos décimas en el ritmo de avance del PIB en el primer trimestre de este ejercicio en relación con los tres meses precedentes, hasta el 0,6%, como consecuencia de la menor aportación de la demanda nacional, que revisaron una décima a la baja hasta los 2,8 puntos porcentuales. Por contra, en el nuevo consenso los expertos de Funcas mejoraron en una décima la previsión para el sector exterior, cuya aportación restará 0,1 puntos al PIB.
Algo más optimista, aunque todavía bajo la marca del cuarto trimestre del año pasado, el último Panorama Económico de la CEOE pronostica que la economía española avanzará un 0,7% entre los meses de enero y marzo de este año. Y la reciente previsión de CaixaBank Research dibuja un crecimiento del 0,7% en el primer trimestre y rebaja al 0,6% el engrose de la economía española entre abril y junio.
Pero esta pérdida de brío podría ser incluso más intensa en un plazo menos inmediato. Así, para el profesor del IEB Miguel Ángel Bernal, el PIB podría crecer en tasa trimestral en torno al 0,6% y el 0,7% en los primeros tres meses del año, pero la tasa para el segundo trimestre podría ser inferior, ahondando hasta el 0,5%. En esta misma línea se ha pronunciado la agencia de calificación Fitch, que considera que los crecimientos trimestrales del 0,8% anotados en la segunda mitad de 2015 son hoy irrepetibles y augura un avance del 0,6% en el primer trimestre y del 0,5% en el segundo.
"No hay nada más que ver los indicadores de confianza para prever un menor ritmo de actividad", señala Bernal, quien añade que "la partida de inversión se está desacelerando". En efecto, organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya alertan del estancamiento de la inversión en bienes de equipo y estiman que, mientras la formación bruta de capital fijo subió al dos por ciento trimestral en los últimos meses de 2015, apenas crecerá entre el 0,2% y el 0,3% en la primera mitad de 2016.
Por otro lado, y aunque oficialmente el Gobierno se resiste a admitir un frenazo en la inversión extranjera en España derivado de la inestabilidad política dentro de nuestras fronteras, fuentes cercanas al departamento de Economía reconocen que los dos primeros meses del año han dejado más desinversión de la prevista y algunas operaciones de capital extranjero se encuentran paralizadas o, al menos, aplazadas en el tiempo, a la espera del desbloqueo gubernamental, más ante la posibilidad de que el impasse se prolongue más allá del mes de junio por una eventual repetición de las elecciones.
Además, la confianza del consumidor español, que afecta directamente a la inversión y al consumo privado, cayó en febrero por segundo mes consecutivo y se ha reducido en 12 puntos en lo que va de año, hasta los 95,2 puntos.
Asimismo, el ritmo de expansión de la actividad del sector servicios encadenó en febrero tres meses de ralentización, según el índice PMI, que bajó a 54,1 puntos desde los 54,6 del mes anterior. El Índice General de Producción Industrial (IPI) aumentó un 0,7% en tasa anual en enero, un avance significativamente más moderado que el experimentado en noviembre (6,1%) y diciembre (3,5%). Y la facturación y los pedidos de la industria volvieron al terreno negativo en el primer mes del año tras registrar alzas internuales en los dos meses anteriores, cayendo un 2,6% y un 1,1%, respectivamente.
No obstante, pese a los síntomas de desaceleración que afloran de algunos de los índices más sensibles de nuestra economía, el economista e investigador de la Universidad de Essex, Javier Santacruz, sostiene que los efectos de la Semana Santa estarán este año en el primer trimestre, por lo que mantiene su previsión de crecimiento en el 0,7% intertrimestral.
El viento cruzado
Si en algo parecen estar de acuerdo los analistas es en moderar sus previsiones de crecimiento para el conjunto del año hasta el entorno del 2,7%. Si el viento de cola impulsó la economía española en el tramo final de 2015, apoyado en el abaratamiento de los precios del petróleo, el moderado crecimiento de la demanda global y el entorno favorable para el euro propiciado por la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE); parece que en el arranque de 2016, con la incertidumbre sobre la política económica en España como telón de fondo en casa y la volatilidad bursátil en los mercados internacionales, predomina un viento cruzado que pone en riesgo la recuperación.
Los expertos avisan de que superar el bloqueo político y ahondar en las reformas es crucial para invertir la desaceleración y sortear mayores recortes que los previstos, derivados de un déficit excesivo.