El Gobierno del Reino Unido rebajó hoy al 2% su previsión de crecimiento económico para este año, frente al 2,4% pronosticado en noviembre, debido a la ralentización de la economía global.
Antes de presentar su propuesta de Presupuesto 2016-17, el ministro de Economía, George Osborne, precisó en la Cámara de los Comunes que el producto interior bruto (PIB) aumentará también por debajo de las expectativas en los años siguientes, un 2,2% en 2017 y un 2,1% en 2018, 2019 y 2020.
Esto contrasta con las previsiones hechas en noviembre, cuando se dijo que el PIB crecería un 2,5% en 2017, un 2,4% en 2018 y un 2,3% en 2019 y 2020.
Osborne atribuyó la revisión a la baja realizada por la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés) -organismo que supervisa las finanzas públicas- al descenso de la productividad global.
"Cóctel de riesgos"
El menor crecimiento de China, el estancamiento en la zona euro y la volatilidad del precio de las materias primas componen el "cóctel de riesgos" que el llamado canciller del Exchequer prevé para la economía nacional.
Ante este panorama poco lustroso, el ministro aprovechó su intervención para subrayar que el Reino Unido será un país "más fuerte y seguro" si los británicos deciden quedarse en la Unión Europea (UE) en el referéndum del próximo 23 de junio.
A pesar de las peores perspectivas de crecimiento, el número dos del Gobierno y posible aspirante al liderazgo conservador confirmó que seguirá reduciendo el déficit y aseguró que cumplirá su promesa de registrar un superávit presupuestario de unos 10.000 millones de libras (12.700 millones de euros) para 2019-20.
Tras presentar las previsiones económicas, Osborne dijo que el presupuesto para este año fiscal, que, según adelantó, contiene más recortes e incentivos para la empresa, será "un presupuesto a largo plazo para solucionar problemas de largo plazo". "Tenemos que actuar ahora para evitar pagar después", declaró.
