
Como viene siendo habitual, en marzo, China volverá a centrar todas las miradas esta vez por la aprobación de su Plan Quinquenal 2016-2020. El debate de la economía del país sobre si se enfrenta a una recesión o sólo a un cambio de sistema se podría resolver en sus páginas.
Los ritmos de crecimiento de China de más de dos cifras parecen ya algo de un pasado remoto con pocas o ninguna posibilidad de volver. En noviembre, un comunicado suscrito por el presidente del país, Xi Jinping, establecía los pilares básicos del nuevo Plan Quinquenal del país, que se conocerá en marzo, en el que se destacaba el objetivo de doblar para 2020 el PIB per cápita que tenía China en 2010 (7.519 dólares, según la OCDE). Para ello, el gigante asiático debe contar con un ritmo de crecimiento anual superior al 6,5 por ciento. Según declaraciones de Jinping, recogidas por la agencia estatal china, "mantener un nivel medio alto de crecimiento llevará a mejorar las condiciones de vida de la gente", de lo que puede traducirse que ni siquiera el líder asiático apuesta por unos niveles de crecimiento que superen el 10 por ciento, como mínimo, en el próximo lustro. Ahí es donde empieza el debate: ¿China se está ralentizando o sólo está llevando a cabo un cambio de sistema? Hasta la fecha, ambas respuestas son válidas.
En este sentido, el crecimiento de la economía china cayó al 6,9 por ciento en el conjunto del pasado ejercicio, según los datos que dio a conocer el pasado mes de enero la Oficina Nacional de Estadísticas (NSB). Este dato significa el ritmo de crecimiento más reducido desde 1990. Entonces, el Producto Interior Bruto del gigante asiático avanzó un 3,7 por ciento, algo que vino derivado por el efecto de las sanciones internacionales impuestas tras la matanza de Tiananmen un año antes. Pese a ello, este 6,8 por ciento coincide con el objetivo del Gobierno chino y con las expectativas del consenso de mercado.
El director de la Oficina de Estadísticas, Wang Baoan, resaltó durante la presentación de resultados que las dificultades por las que la economía del país atravesó en el pasado año continuarían a lo largo de 2016. "La situación en 2016 será más o menos similar a la de 2015 y el crecimiento de la economía china seguirá encarando una situación internacional complicada y volátil". Pese a todo, Baoan indicó que el dato logrado en 2015 era un "crecimiento moderado, pero estable y sólido".
Desde el departamento de análisis de MG Valores estiman que tanto la desaceleración económica experimentada por la segunda economía mundial como su cambio de modelo económico basado ahora en el sector servicios van unidos, ya que "el resto del mundo no puede seguir absorbiendo un crecimiento de las exportaciones como en el pasado y el país ya no necesita tantas inversiones en infraestructuras". Eso provoca que la economía china, basada durante décadas en la inversión empresarial y en las exportaciones, no pueda mantenerse eternamente.
¿Cuál es el mayor riesgo al que podría enfrentarse China? Que el cambio de sistema económico no se haga de forma escalonada y, por lo tanto, el país pase por una recesión económica que sirva para limpiar los desequilibrios previos, señalan desde esta casa de análisis. Con esta transformación, el consumo irá ganando peso a la inversión y las exportaciones en el PIB chino mientras que la industria perderá importancia frente al sector servicios, algo que se traduce en unas tasas de crecimiento serán inferiores a las del pasado.
Pero no sólo el cambio de modelo es lo que lastra las cuentas de China. El país también se ve influenciado por los débiles datos de crecimiento del resto del mundo en el que incluso algunas voces llegan a hablar del inicio de una recesión económica. El riesgo a esa caída de la economía mundial es una de las causas que lleva a que los principales selectivos del mundo se anoten pérdidas de hasta el 14 por ciento en el caso de algunos índices de Europa. Adrián Díaz, socio de SEDEENCHINA, señala que "la desaceleración de China no es el origen del estancamiento mundial, es la consecuencia". Así, el experto considera que uno de los problemas a los que se enfrenta el país es que no existe un comprador real para los artículos que produce.
Ganadores y perdedores del cambio de modelo de China
Como en cualquier cambio de escenario, hay perdedores y actores que salen ganando. Miguel Casas, analista de DiverInvest, estima que los países emergentes vecinos de China como Vietnam, Indonesia o India se verán beneficiados de que se enfoque más al sector servicios, ya que "mejoran sus exportaciones ganando cuotas de mercado a costa de un coste creciente de producción en China".
Las materias primas son los actores que más sufren con la caída de demanda del gigante y el Bloomberg Commodity Index, índice que pondera su cotización, ha tocado mínimos históricos este año. El petróleo, por ejemplo, cedió más de un 30 por ciento en 2015 y en 2016 el Brent registra una caída del 7 por ciento y el West Texas de más de un 15 por ciento también por la sobreoferta mundial de petróleo. Jaume Puig, director general de GVC Gaesco Gestión, señala que "el crudo barato se debe a un exceso de oferta, más que a una falta de demanda".