
La suerte está echada, pero no del todo. La carrera presidencial estadounidense es un camino de fondo y lleno de obstáculos donde las primarias en Iowa y New Hampshire se postulan como el primer paso para perfilar quiénes serán los encargados de verse las caras en las elecciones generales del próximo noviembre.
En el campo republicano, el polémico empresario Donald Trump sigue dominando las encuestas, con un apoyo del 32,9%, según RealClear Politics, que evalúa la media de los últimos sondeos. Su principal contrincante, el senador por Texas, Ted Cruz, le sigue con un 26,1% del favor popular. Del bando demócrata, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, lo tiene algo más complicado. En estos momentos la encuestas le ofrecen una ventaja de poco más de dos puntos sobre el senador de Vermont, Bernie Sanders.
"Esperamos que los demócratas conserven la Casa Blanca en 2016", estima Dan White, economista de Moody´s Analytics, según plantea su modelo electoral, actualizado mensualmente. "La caída de los precios de la gasolina refuerza la ventaja de los demócratas en los estados visagra", explica al mismo tiempo que considera que este factor anula la baja aprobación del actual presidente, Barack Obama, y el debilitamiento marginal en el crecimiento de los ingresos.
Tras rubricase el acuerdo con Irán el pasado verano, los precios de la gasolina se han desplomado aproximadamente un 40% desde el otoño de 2014. Los estadounidenses se ahorraron alrededor de 550 dólares por cabeza o un total de 115.000 millones de dólares el año pasado en llenar sus depósitos, según la aseguradora AAA. "Esto ha generado un ambiente mucho más cómodo para los demócratas, pese a la caída en la aprobación de Obama, motivado principalmente por acontecimientos geopolíticos globales", reitera White.
Dicho esto, todavía es pronto para cantar victoria y como estima White todo dependerá de quiénes sean los nominados de cada partido. Además, los rumores que apuntan la entrada de un tercer candidato independiente, el también multimillonario y ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, una situación que estrecharía la victoria en los estados visagra (aquellos como Ohio, donde no hay una predilección por uno u otro partido).
En estos momentos, toda la atención se centra en los caucus de Iowa, donde los votantes del estado deciden hoy qué candidatos de cada partido se postulan como favoritos para hacerse con la nominación oficial. En el frente republicano, donde once candidatos buscan el favor del partido, Trump sigue tambaleando al establishment conservador. El Des Moines Register, sin embargo, respaldaba la candidatura de Marco Rubio, el senador de Florida, que en estos momentos se encuenta en tercera posición por detrás de Cruz, quien cuenta con un importante apoyo de los evangelistas.
Del lado demócrata, el rotativo regional de referencia avaló la candidatura de Clinton. La ex senadora por Nueva York ha perdido impulso frente a Sanders, quien ha ganado fuerza con su agenda social. Pese a que la que fuera primera dama en la década de los 90 pelea para no correr la misma suerte que en 2008, cuando perdió la nominación de su partido frente a Obama, sus esfuerzos todavía podrían verse frustrados, especialmente por el caso relacionado con el uso de un servidor privado durante su periplo en el Departamento de Estado. Un hecho que aviva cierta desconfianza sobre la figura de Clinton y la dinastía emprendida por su marido, el ex presidente Bill Clinton.