Economía

Cataluña pagará a plazos la extra de 2012 a los funcionarios

Carles Puigdemont se estrenó ayer en su primer pleno parlamentario tras la formación del Govern. Su objetivo era "explicar" cuáles eran los objetivos del nuevo ejecutivo y explicar su estructura. No hubo sorpresas, aunque Puigdemont alteró el orden de prioridades, dejando el proyecto independentista en segundo lugar, quizás para ganarse el apoyo de partidos como Catalunya Sí Que Es Pot en la negociación de unos futuros presupuestos.

Según explicó Puigdemont, la primera "carpeta" en la que trabajará será en paliar los efectos de la crisis, en referencia a su plan de choque social. "Este Gobierno estará para defender a los ciudadanos, la capacidad de respuesta a los efectos que la crisis tiene sobre sus hombros", explicó. La segunda de las prioridades será poner en marcha "la planificación, el diseño y la ejecución de todos los trabajos que nos han de situar a las puertas del nuevo estado. Un Estado que lo queremos independiente, en forma de república", puntualizó.

Además, el recién estrenado Govern también tuvo tiempo para comprobar lo complicada que puede ser su legislatura si depende únicamente del apoyo de la CUP. Junts pel Sí, que quería condicionar la devolución de la paga extra suprimida a los funcionarios en 2012 a la "disponibilidad presupuestaria", finalmente tendrá que abonarla en tres años.

Puigdemont se ha visto impulsado a pactar estas condiciones para evitar que saliera adelante una propuesta que le obligaba a su ingreso inmediato. De hecho, según el diputado de JxSí, Sergi Sabrià, supondría un desembolso de 450 millones. El plan de acción social que el nuevo gobierno quiere implementar se valora en 270 millones.

El puzzle del presupuesto

La intención del nuevo Ejecutivo catalán es trabajar en unos nuevos presupuestos, pero Oriol Junqueras, conseller de Economía y Hacienda, ya ha adelantado que no se descarta que se mantengan los prorrogados porque las negociaciones con la CUP pueden ser complejas. Quizás, tal vez por eso ayer Puigdemont alentó a otros partidos a que se sumaran a la negociación presupuestaria.

De hecho, en el hemiciclo catalán también se debatió ayer ampliamente sobre cómo encajar los presupuestos. Algunos partidos, como CSQP, reclamaron al recién estrenado gobierno que pusiera en marcha unos presupuestos "expansivos" y que no dieran continuidad a los recortes. Marta Rovira, portavoz de JxSí, le respondió que, para eso, necesitaban también "ingresos" expansivos; en una clara alusión a que Cataluña no gestiona de manera directa sus impuestos.

Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos en Cataluña, también le dio algunas sugerencias a Puigdemont sobre cómo impulsar el gasto social, si realmente era la verdadera prioridad de su gobierno. Le recomendó, por ejemplo, que derivara al programa de apoyo social el presupuesto destinado a la Consejería de Asuntos Exteriores. Asimismo, Arrimadas recordó que la Generalitat no tiene competencias en materia de asuntos exteriores; sólo en "acción exterior" como recoge el estatuto de autonomía.

El pasado viernes, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció que el Gobierno español estudiaría si las competencias de esta nueva conselleria se ceñía a la legalidad.

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