
Sao Paulo, 15 ene (EFE).- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que la "gran preocupación" del Gobierno es el aumento del desempleo, que en el trimestre agosto-octubre alcanzó la cifra récord del 9 %, y se comprometió a luchar contra él.
"Todo el esfuerzo del Gobierno está centrado para impedir que en Brasil tengamos un nivel de desempleo elevado", afirmó Rousseff en un encuentro con periodistas celebrado en Brasilia.
La jefa de Estado subrayó que para abandonar la senda del desempleo es necesaria la aprobación "urgente" de algunas de las medidas propuestas por el Ejecutivo para reequilibrar las cuentas públicas del país y, consecuentemente, retomar el crecimiento.
Según las previsiones de los analistas del mercado financiero, la actividad económica se contrajo alrededor de un 3,70 % en 2015, su peor caída desde 1990, cuando retrocedió un 4,35 %, mientras que para este año esperan un descenso de alrededor del 3 %.
"Necesitamos revertir la situación que provoca la caída de la actividad económica, garantizando el reequilibrio fiscal con el fin de volver a crecer y generar empleo", agregó la presidenta.
El desempleo en Brasil alcanzó el 9 % de la población activa en el trimestre agosto-octubre de 2015, lo que supone la mayor tasa de la serie histórica, iniciada en 2012.
La tasa fue 2,4 puntos porcentuales mayor a la registrada en el mismo trimestre de 2014, cuando el desempleo fue del 6,6 %, y 0,4 porcentuales superior a la del trimestre comprendido entre mayo-julio (+8,6 %) de 2015, según los datos divulgados este viernes por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Durante el desayuno, el segundo celebrado con periodistas en 2016, la mandataria recordó que otra de las batallas que el Gobierno tiene pendiente es la de reformar el sistema de pensiones, aunque precisó que para ello es necesario un diálogo con todos los sectores de la sociedad.
Rousseff también se comprometió a preservar los programas sociales, bandera del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), aunque admitió que se recortarán "los excesos" para garantizar su manutención a largo plazo.
En el aspecto político, la presidenta volvió a criticar a los "sectores golpistas" de la oposición que defienden la apertura de un juicio político con miras a su destitución, un proceso que está pendiente de la decisión de la Cámara de las Diputados, que se encuentra en receso hasta mediados de febrero.
"El impeachment (destitución) tiene una repercusión política, lo que afecta a la estabilidad política del país", añadió la presidenta, que recalcó que el hecho de no "simpatizar" con ella no es un argumento para la apertura de un proceso con miras a acortar su mandato.
El trámite del juicio político fue autorizado a inicios de diciembre por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, por un supuesto "delito de responsabilidad" fiscal, contemplado en la Constitución como un posible motivo para un juicio con miras a la destitución de un mandatario.
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