
El mayor control logrado en la reducción del déficit público es el argumento ofrecido ayer por el Ministerio de Economía para explicar la rebaja del 9,1% en el volumen neto de deuda que el Tesoro emitirá en 2016 para financiarse, con respecto al previsto en los Presupuestos Generales del Estado, lo que significa una mejoría en las necesidades de financiación de la economía española.
En concreto, el organismo público se ha fijado como objetivo para el año próximo un lanzamiento de deuda neta por importe de 45.000 millones de euros, frente a los 47.717 millones proyectados para el cierre de 2015. De esa nueva cantidad, la mayor parte (41.000 millones de euros) lo constituirán emisiones a largo plazo y el resto serán letras del Tesoro.
Es decir, tal y como especifica el Ministerio, el ahorro en el año próximo alcanzará la cifra de 2.717 millones de euros líquidos. De igual modo, descenderá también la emisión bruta de deuda, que en 2016 se situará en los 226.694 millones de euros, esto es, alrededor de 10.100 millones menos que en el presente ejercicio.
La senda de la deuda pública
Esta menor emisión de deuda en 2016 es consecuente con los pronósticos realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy en cuanto a la trayectoria de recorte del abultado pasivo de las Administraciones Públicas españolas.
Así, según recoge el propio Tesoro Público en su boletín de noviembre, la senda de la deuda pública para el período 2015-2018 es la siguiente: tocará su cota máxima en el 98,7% del Producto Interior Bruto (PIB) al cierre del presente 2015, para ya en 2016 -gracias al superávit primario que el Ejecutivo espera alcanzar- empezar a reducir el volumen de endeudamiento hasta achicarlo al entorno del 98,2%.
De igual modo, tanto en 2017 como en 2018 el Tesoro confía en que el pasivo acumulado irá disminuyendo de manera progresiva, y estima que las ratios de esos dos años serán del 96,1 por ciento y del 92,8% del PIB nacional, respectivamente.
Menores costes, más plazo
El año 2015, que está a punto de concluir, se cerrará con una reducción tanto del coste como del riesgo de la cartera de deuda del Estado. En detalle, el Tesoro ha logrado rebajar el coste medio hasta el 0,84%, frente al 1,52% que pagaba en 2014 por colocar sus instrumentos de financiación. Tal y como explica el Ministerio de Economía, eso ha incidido en un menor coste medio de la deuda del Estado en circulación, que ha pasado del 3,47% a finales de 2014 al 3,14% a finales de 2015. Ambas cifras son las más bajas de la historia del Tesoro, a tenor de las estadísticas que maneja el departamento de Luis de Guindos.
Por lo que se refiere a la vida media de la deuda en circulación, ha ido en aumento a partir del año 2013, una vez dejados atrás los peores estragos de la crisis de deuda soberana, que mantuvo a España al borde del rescate.
Inversores extranjeros
La tendencia a alargar la vida media del pasivo en circulación se ha intensificado en 2015, año en el que se ha pasado de una vida media de 6,28 años hasta los 6,45 años. Ambos efectos combinados disminuyen las presiones sobre la financiación de España, sobre todo con vistas a un año 2016 en el que ya se dejará sentir el alza de tipos de interés decidido por la Reserva Federal de EEUU, así como los efectos de la prevista senda alcista del petróleo y de las materias primas.
Otro síntoma de mejoría de la confianza es que la deuda en poder de inversores no residentes alcanzó en noviembre -último dato disponible- los 418.738 millones de euros, el 53,5% del total de la cartera registrada. Un dato que contrasta con el mínimo de 2012, cuando la cartera en manos de inversores no residentes se situaba en 191.836 millones de euros.