Economía

Angela Merkel, diez años de poder

En la imagen, Angela Merkel. Foto: Bloomberg.

El 22 de noviembre de 2005 se convirtió en la primera mujer al frente del Gobierno alemán. Este domingo, la canciller ha celebrado su décimo aniversario en el poder.

En su discurso de Nochevieja de 2005, apenas un mes después de asumir por primera vez su cargo de canciller, Angela Merkel prometió que en diez años su Gobierno conseguiría que Alemania fuese nuevamente líder de Europa. Una década más tarde, parece haber cumplido su promesa. Hoy no sólo es la mujer más influyente de Europa sino también la más poderosa del mundo, según Forbes, que le otorga incluso más influencia que al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

En 2013 renovó su mandato con una victoria electoral contundente. Si bien hasta hace poco su popularidad se encontraba por las nubes entre la opinión pública alemana, en el ecuador de su tercera legislatura Merkel está atravesando su momento más complicado y por primera vez se oyen voces que ponen en duda su continuidad al frente de la CDU.

La gestión de la crisis griega, sus controvertidas medidas de austeridad, pero sobre todo la política de puertas abiertas con los refugiados, han hecho caer en picado su buena imagen y han desatado divisiones internas en el Gobierno que todavía están lejos de solucionarse. Resumimos los puntos clave que marcan el presente y futuro de estos diez años.

1. La primera mujer que gobernó Alemania

En su política exterior, Merkel ha heredado el apodo de Dama de hierro, que se hizo popular en los años ochenta para referirse a la británica Margaret Thatcher. Pero, de puertas adentro, la canciller se ha ganado el sobrenombre de Mutti (mami) de Alemania y ha sabido transmitir a la población la sensación de proteger a los alemanes frente a los males del mundo.

Fue Helmut Kohl, el histórico canciller que gobernó Alemania entre los años 1982 y 1998, quien apadrinó a Merkel y la convirtió en su ministra más joven tras la reunificación. Pero pronto quedó claro que Kohl había subestimado a la joven y discreta política del Berlín. Así Merkel rompió públicamente cualquier relación con él y forzó su dimisión tras el escándalo de la financiación secreta de la CDU. La habilidad de Merkel en la escena internacional ha ayudado a construir el nuevo papel de liderazgo político de Alemania que habían perseguido cancilleres desde la caída del Muro de Berlín hace un cuarto de siglo.

2. El desempleo, en el mínimo 6%

El año en que Merkel asumió el poder, Alemania se encontraba estancada económicamente y el desempleo estaba en su nivel más alto de los últimos setenta años. A día de hoy, la tasa del paro se sitúa en un mínimo histórico del 6%.

A pesar de la alta ocupación, el crecimiento de los salarios ha sido algo más lento, aunque desde enero de 2015 el Gobierno introdujo el salario mínimo de 8,5 euros por hora que ha mejorado el nivel económico de muchos hogares, lo que se ha traducido en un mayor consumo interno y por tanto en una mejora en las cuentas públicas.

Aunque Alemania se vio afectada -como sucedió a toda Europa- por la crisis financiera de 2008, es el país europeo que mejor ha resistido la recesión económica. A principios de 2010 su PIB se había recuperado y superado los niveles anteriores a la crisis.

Este año, el ministro de Finanzas y mano derecha de la canciller, Wolfgang Schäuble, consiguió que Alemania tuviera unos presupuestos sin déficit. Y esta situación es la primera vez que ocurre en más de 40 años.

3. Sin rivales de envergadura

Al cabo de estos diez años que lleva en el poder, Merkel es actualmente la líder más veterana de la Unión Europea, seguida a una cierta distancia por el canciller austríaco, Werner Faymann, que lleva siete en el cargo. Aun así, la canciller todavía se encuentra lejos de superar a los grandes líderes de su partido: Helmut Kohl fue canciller durante 16 años y, con anterioridad, Konrad Adenauer lo fue durante 14.

La mayoría de los comentaristas políticos creen que Merkel tiene la intención de presentarse para un cuarto mandato en 2017.

La mandataria ha logrado deshacerse de cualquier rival durante sus años como canciller, por lo que a día de hoy no tiene que enfrentarse a ningún desafío de liderazgo, ni siquiera a pesar de la agitación política que ha causado la crisis migratoria. "No hay una lucha de poder en la CDU", explica Oskar Niedermayer, analista político de la Freie Universtität de Berlín, quien detalla que "los miembros del partido sólo quieren que varíe de rumbo" en su política de refugiados.

4. Su mayor reto actual: los refugiados

El manejo de la crisis de los refugiados está planteando la mayor amenaza a la autoridad política de Merkel desde que juró el cargo como primera mujer canciller de Alemania hace justo diez años. La decisión de abrir las fronteras de Alemania a los solicitantes de asilo ha provocado duras críticas desde dentro de las filas de su propio partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y de su facción bávara, la Unión Social Cristiana (CSU).

La inquietud dentro de la coalición de Gobierno se refleja también en las calles donde, tras la euforia y las muestras masivas de solidaridad de las primeras semanas, los ciudadanos se preguntan cómo lo hará Alemania para asumir el millón de recién llegados que se esperan para este año. La mayoría (52%) de los votantes estaban descontentos con la gestión la crisis de refugiados, incluso antes de los atentados de París, según un sondeo publicado hace unos días por la cadena pública alemana ZDF. Los ataques terroristas en Francia podrían desencadenar un cambio en la política de bienvenida que Merkel ha defendido hasta ahora.

5. La xenofobia vuelve a resurgir con fuerza

Alemania vive con creciente preocupación el aumento de la xenofobia de los últimos meses. El problema se visibilizó a finales del año pasado con el nacimiento del movimiento islamófobo Pegida, que en su mejor momento llegó a congregar a más de 30.000 personas en su manifestación en Dresden y que ha recuperado aliento a raíz de la llegada masiva de refugiados.

Además, la policía calcula que en lo que va de año se han producido más de 500 ataques contra solicitantes de asilo. En el plano político, el Partido Nacionaldemócrata (NPD), de orientación neonazi y el euroescéptico Alternativa para Alemania (AfD) han logrado representación local pero por el momento no tienen presencia a nivel federal. El pasado reciente del país hace que estas muestras de intolerancia se vivan con especial inquietud.

6. El apagón nuclear es otro de los desafíos

La postura de la canciller sobre los refugiados no es el primer bache que ha sacudido a la clase política alemana en esta década. Una de las decisiones más importantes y controvertidas que ha tomado Merkel fue la de cerrar todos los reactores nucleares para el año 2022. En 2011, a raíz del desastre nuclear en la planta japonesa de Fukushima, el Gobierno alemán dio un golpe de timón en su política ambiental, retirando su apoyo a la energía atómica y anunciando sus planes para poner fin a la energía nuclear en Alemania.

En un plan muy ambicioso que quiere convertir a Alemania en un ejemplo de respeto por el medio ambiente, Merkel también ha impulsado las energías renovables y está cerrando las plantas de carbón. Las energías renovables proporcionan ahora casi el 30% de la demanda de electricidad de Alemania, de poco más de 10% en 2005.

El objetivo del Gobierno es que en 2020 al menos el 35% del suministro de electricidad del país se genera la energía renovable. La cuota debe seguir aumentando progresivamente hasta el 80% en 2050. Sin embargo, a pocos días de que se celebre la Cumbre sobre el Cambio Climático en París, surgen dudas de si el Gobierno alemán será capaz de cumplir con sus objetivos ambientales.

7. El envejecimiento del país como inquietud

Alemania envejece. A día de hoy, uno de cada 5 alemanes es mayor de 65 años, pero se espera que en 2060 lo sean uno de cada tres. Además, la Oficina Federal de Estadística prevé que de aquí a entonces la población en edad de trabajar sufrirá un drástico descenso de 45 a 29 millones. Esta caída se debe principalmente a que la generación del baby boom de los años 50 y 60 alcanzará la edad de jubilación a más tardar en el año 2030.

Ante este cambio demográfico, los expertos se preguntan quién pagará las pensiones y mantendrá el Estado del Bienestar germano. Las sucesivas reformas en el sistema de pensiones que Alemania ha impuesto en los últimos 15 años han provocado un aumento masivo de la pobreza en la vejez. Investigadores, políticos y empresarios coinciden en que la inmigración será clave para solucionar las dramáticas consecuencias del envejecimiento alemán.

8. Mantener el liderazgo de Europa

"Uno mira a Europa y un líder sobresale del resto: Angela Merkel", apunta un artículo publicado por The Economist este mes, y explica este liderazgo porque "en la crisis financiera, consiguió mantener a la UE unida; en Ucrania, logró convencer a los socios para imponer sanciones a Rusia y en la actual crisis migratoria está defendiendo, con valentía, los valores europeos, casi sola, en su compromiso con dar la bienvenida a los refugiados".

Uno de los principales objetivos de la mandataria es estabilizar Europa como factor geopolítico. Para ello ha tomado la iniciativa en negociaciones urgentes como la crisis griega y ha intentado que sus socios de la Unión impongan las mismas medidas de austeridad que ella aplica en su país.

Su expeditiva política exterior ha recibido halagos, pero también críticas de quienes argumentan que la mandataria pretende "alemanizar" a Europa.

9. Volkswagen, un golpe para la industria

Los alemanes quedaron profundamente impactados tras descubrir que su principal fabricante de coches, Volkswagen, ha estado manipulando durante años las pruebas para las emisiones contaminantes de sus vehículos diésel.

Se supone que el made in Germany es una marca de calidad y confianza que vale el dinero que se paga por ella, y durante unas semanas la industria germana temió que esa imagen se viese dañada y tuviese un impacto negativo en la economía del país.

La crisis desatada por la firma automovilística sigue abierta, pero no parece que vaya a tener consecuencias de gran relevancia para el conjunto de Alemania.

Merkel ha evitado que la crisis salpique a su Gobierno manteniéndose relativamente al margen y exigiendo responsabilidades a la empresa. El vicecanciller, Sigmar Gabriel, declaró que el caso es una "penosa excepción".

10. Decidida a invertir más en investigación

Las exportaciones y la industria siguen siendo los pilares de fortaleza de la economía alemana. Pero el Gobierno germano es consciente también del valor del conocimiento. Tal vez debido a su formación científica (Merkel es doctora en física cuántica), la inversión en investigación y desarrollo es uno de los puntos estratégicos de su Ejecutivo.

Alemania mantiene su gasto en I+D por encima del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) y se sitúa entre los líderes mundiales en innovación.

Además de la inversión directa, el Gobierno ha hecho un caballo de batalla del impulso al gasto privado. Así, las empresas han aumentado los recursos destinados a políticas de investigación y el número de títulos universitarios en las áreas científicas aumentó del 1,6 por 1.000 trabajadores en 2005 al 3,4 en el año 2012.

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