Economía

FMI abandonará una fórmula de reparto del poder creada al tun-tún

César Muñoz Acebes

Singapur, 18 sep (EFECOM).- El FMI dio hoy el primer paso para abandonar una fórmula de reparto del poder basada en complejos cálculos con coeficientes, variables y porcentajes, pero que en realidad fue ideada al "tun-tún", según confesó su propio artífice.

La ecuación que salió de la Conferencia de Bretton Woods en 1944, como principio ordenador del voto en el organismo, multiplica el PIB por 0,01, las reservas por 0,025, la variabilidad de los ingresos corrientes por 0,22 y además añade un porcentaje de la media de pagos corrientes.

Todo ello no se basa en un concepto complejo del peso de la economía de un país en el mundo, sino que fue la fórmula que se inventó el economista estadounidense Raymond Mikesell para que diese un resultado pre-fijado.

La ecuación que hasta hoy determina la cuota que cada país aporta al organismo financiero más importante del mundo y, por extensión, su voto, fue la solución de Mikesell a la tarea que le planteó su jefe, Harry Dexter White, un alto funcionario del departamento del Tesoro de EEUU.

White le encargó idear un sistema de reparto del poder que diese la mayor cuota para Estados Unidos, seguido del Imperio Británico, la Unión Soviética, China y Francia, los grandes aliados del lado vencedor en la Segunda Guerra Mundial, según confesó Mikesell en sus memorias, publicadas en los años 90.

"Es una fórmula bastante irrisible", dijo a EFE Ariel Buira, director del secretariado del G-24 y un experto en el tema. "Mikesell hizo malabarismos para llegar al resultado que quería llegar", añadió.

La Unión Soviética se salió posteriormente del Fondo, y China estuvo durante muchos años representada por Taiwán.

Como el FMI iba a supervisar el sistema cambiario de todos los países miembros, EEUU y Reino Unido, sus principales impulsores, consideraron que se debía dar algún poder de voto a todas las naciones, independientemente de su peso económico.

Así fue como un 11,3 por ciento del voto se repartió entre los 44 países que lo integraron inicialmente, según explicó Buira.

Desde 1944 ha habido unos 12 aumentos de cuota, pero ningún incremento en esos "votos básicos", que ahora ascienden a tan sólo un 2,1 por ciento del voto total y están divididos por los 184 países miembros actuales.

Además, en los años 60 se añadieron otras cuatro fórmulas tan complejas como la de Bretton Woods.

Sin embargo, al final, "las cuotas de hoy en día aún reflejan las decisiones tomadas en mitad de la Segunda Guerra Mundial", según James Boughton, el historiador en residencia del FMI.

Un subproducto no intencionado de la prestidigitación matemática de Mikesell es una representación excesiva de los países pequeños europeos.

Como la fórmula cuenta mucho el comercio exterior, esas naciones tienen un poder desorbitado en relación al peso de su economía en el mundo. Así, la cuota de Bélgica es mayor que la de India, y la de Holanda supera a la de Argentina y Brasil juntos.

Las cosas podrían cambiar después de que hoy el Fondo diera el primer paso para la re-distribución del poder.

Los 184 países miembros aprobaron por una mayoría del 90,6 por ciento del voto un plan de reforma que incluye una subida inmediata de las cuotas de China, México, Corea del Sur y Turquía.

Más importante es el compromiso de elaborar una nueva fórmula que sea más simple y más justa.

Los países pequeños europeos quieren que sea lo más parecida posible a la actual, mientras que naciones emergentes de renta media como Brasil e India reclaman una ecuación totalmente diferente.

La disputa está servida, pero no contará con la participación de Mikesell, quien murió la semana pasada. Tuvo el placer, sin embargo, de contemplar cómo un trabajo suyo, tal vez el más improvisado, ha perdurado durante más de medio siglo. EFECOM

cma/prb

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