
La petición de la Generalitat de Cataluña para que Hacienda le pague los 2.300 millones que deben salir del remanente del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) está dando mucho que hablar. Cataluña solicita con urgencia estos fondos para paliar algunas de las deudas que le presionan, como la que mantiene con las farmacias catalanas.
Desde Hacienda reconocen que la petición de la Generalitat les ha sorprendido e incluso aseguran haberse "enterado por la prensa" de la cifra que demanda el equipo de Artur Mas. Una cantidad, además, "que no entendemos muy bien de donde se han sacado" y que supone más o menos un 33% de los alrededor de 7.000 millones de euros que el departamento que dirige Cristóbal Montoro tiene previsto repartir entre todas las comunidades adscritas al fondo.
Preguntado al respecto, el ministro de Hacienda confirmó ayer que dará a Cataluña los fondos que reclama, puesto que el Estado está precisamente para financiar los servicios públicos de las autonomías. Pero advirtió de que en en ningún caso está "para financiar las veleidades independentistas de ningún gobierno".
"España necesita a Cataluña para salir de la crisis y Cataluña necesita al resto de España", dijo Montoro, tras asegurar que el Gobierno siempre ha facilitado los recursos necesarios a las autonomías para financiar los servicios públicos de los ciudadanos. "Y lo seguirá haciendo hasta el último día". Aún así, aseguró que la posición del Ejecutivo en esta materia la marcará el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Mecanismos de control
Con todo, muchos tomaron ayer las declaraciones de Montoro como una amenaza en toda regla, a lo que el titular de Hacienda aseguró que "no existe motivo alguno de preocupación". Los fondos se transferirán a Cataluña. Lo que sí preocupa al Estado y analiza mecanismos para solucionarlo, es la manera de garantizar y controlar que el dinero del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y otras transferencias de fondos ordinarias a Cataluña vayan única y exclusivamente destinadas a garantizar los servicios públicos esenciales y no a financiar la independencia.
Las palabras de Montoro no gustaron en el Govern. La vicepresidenta, Neus Munté, habló ayer de "una amenaza que no se puede tolerar". Munté le recordó que "el FLA no es un favor ni un regalo sino todo lo contrario, es una manera a veces humillante y con cuentagotas y retraso en la que el Gobierno devuelve los impuestos de los catalanes".
También el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, entró ayer en la polémica al asegurar que el Gobierno central no va a permitir que "ninguna comunidad autónoma española entre en impago", si bien defendió que es necesario que Cataluña "priorice los gastos para mantener las necesidades de los ciudadanos". "Están financiando la ruptura con España, pero no son capaces de pagar a sus farmacias", criticó.
Se seguirá financiando
El responsable de Sanidad afirmó que las farmacias catalanas están cobrando directamente del Estado, y que "su única posibilidad de cobrar las facturas ha sido el Ministerio de Hacienda, mientras vemos que la Generalitat de Cataluña destina partidas millonarias a otras cosas".
Por ello, insistió en que las farmacias catalanas las paga el Ministerio de Hacienda, a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), "algo que va a seguir haciendo" el Gobierno central. "No vamos a dejar de lado a la sociedad catalana. Nuestra obligación es amparar a todo el mundo y, por tanto, seguiremos pagando", sentenció.