
Cuando la crisis económica llegó a España en 2008, el Gobierno 'sacaba pecho' por el bajo nivel de deuda de la Administración Pública (alrededor de un 40% del PIB). Sin embargo, durante el transcurso de la crisis han cambiado las tornas: empresas y familias han reducido su deuda y la Administración Pública ha pasado a ser el sector no financiero más endeudado con diferencia. La tendencia prosigue, el PIB crece y el desempleo cae, pero la deuda pública sigue creciendo mientras empresas y familias reducen su apalancamiento.
Hoy se han conocido los datos de septiembre de endeudamiento de familias y empresas, que siguen apretándose el cinturón. La deuda de las familias cayó en 2.119 millones de euros en septiembre, hasta los 728.748 millones de euros, lo que supone un ligero descenso del 0,28% que prosigue la tendencia de caída que comenzó en diciembre del pasado año.
Niveles de julio de 2006
Con este nuevo descenso, la deuda de los hogares españoles se sitúa en niveles de julio de 2006, previos al inicio de la crisis económica, que ha llevado a las familias a ir reduciendo paulatinamente los préstamos contraídos.
Por otro lado, las empresas también están haciendo los deberes. La deuda de las empresas registró un descenso en septiembre en 49 millones de euros, hasta situarse en 926.858 millones de euros. En tasa interanual, la deuda empresarial bajó un 2,1% en el noveno mes del año, como consecuencia del proceso de desendeudamiento de las compañías desde el inicio de la crisis.
De este modo, tanto empresas como familias han logrado reducir su deuda en términos absolutos a niveles de 2006. Sin embargo, la Administración Pública está alcanzando niveles de deuda históricamente altos. El fuerte crecimiento de la deuda pública ha echado por tierra el esfuerzo de empresas y familias, ya que el endeudamiento de todos los sectores no financieros (empresas, familias y Administración Pública) es hoy unos 200.000 millones de euros más alto que en 2008.
La deuda de la Administración Pública ha pasado de ser unos 400.000 millones de euros en 2008 al más de un billón que representa hoy, es decir, un incremento de más de 600.000 millones de euros en siete años. Se puede decir que la deuda total de los sectores no financieros, no sólo ha crecido durante la crisis sino que ha ido cambiando de manos. Mientras que empresas y familias iniciaban un procesos de desapalancamiento, la Administración comenzaba a emitir más y más deuda para financiar los 'destrozos' de la crisis.
Los estabilizadores automáticos (prestaciones por desempleo sobre todo) se pusieron a funcionar tal y como indica su nombre, de forma automática, en cuanto el desempleo comenzó a crecer. los que supuso un gasto adicional superior a los 30.000 millones de euros. Por otro lado, los rescates bancarios acometidos con dinero público también fueren claves en el fuerte ascenso del déficit público y, por ende, de la deuda pública.
Además, el cierre de miles de empresas y la desaparición de millones de trabajadores durante la crisis mermó de forma considerable los ingresos fiscales de la Administración Pública, que tuvo que intentar amortiguar todos estos destrozos vía desequilibrios fiscales e incrementos de la deuda pública.
La deuda pública al detalle
La deuda del conjunto de las administraciones públicas sumó en agosto (último mes con datos) 9.267 millones de euros, con lo que subió hasta 1.050.497 millones. A la administración del Estado corresponden 898.528 millones, lo que supone 10.547 millones más que el mes anterior.
La deuda de las comunidades autónomas también subió en agosto en 838 millones, hasta 251.667 millones, en tanto que la de las corporaciones locales disminuyó en 307 millones, hasta 37.215 millones. Por su parte, la deuda de las administraciones de la Seguridad Social aumentó en 6 millones, hasta 17.199 millones.
Se puede comprobar, que casi todas las 'patas' de la Administración Pública siguen engordando su deuda a pesar de que la recesión parece haber quedado atrás y la afiliación a la Seguridad Social crece a un ritmo, que desde el Gobierno califican de muy bueno.