
La Revolución Industrial marcó un antes y un después, puesto que supuso el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad desde el Neolítico. La "robotización" va camino de marcar su propio hito en los anales de la Historia.
Cada día que pasa los robots son más capaces de desempeñar trabajos y tareas antes reservados a las personas. El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) parece no tener límite. Ya son capaces de hacer de todo, desde trabajos manuales y rutinarios a la más compleja de las operaciones, medicas, matemáticas, financieras, etc.
Esta misma noticia podría estar escrita por un programa informático. El periodismo, efectivamente, no escapa a esta sustitución progresiva de las personas en los puestos de trabajo, escribir titulares o noticias completas todo es posible. Por lo tanto, ¿cómo evitar ser reemplazado por un robot en el trabajo?
Lo cierto es que, una vez que las máquinas han conseguido realizar tareas mecánicas casi a la perfección, todos los esfuerzos de la industria se centran en el desarrollo de una IA más sensible, con mayor carisma, intuición y sentimientos. Esto supone una amenaza real para los trabajos cara al público o que requieren una interacción social.
Una de las mayores ventajas competitivas que los seres humanos tienen sobre los robots es la capacidad para socializar. La sensibilidad en el trato, saber interpretar los sentimientos de una persona, gestionar las emociones, la capacidad de trabajo en equipo o la comunicación afectiva en el ámbito laboral pueden suponer la diferencia entre un robot y una persona; entre trabajar o ser sustituido.
Más empleo "social"
Un reciente estudio de la Universidad de Harvard ha descubierto que los trabajos que requieren de una interacción social están creciendo en relación con el trabajo que no lo necesita. "Las habilidades sociales pueden ofrecer cierta protección contra la toma de control robótico", explica David Deming, profesor asociado de Educación y Economía en la Universidad de Harvard, a Bloomberg.
Existen multitud de profesiones que no exigen una mano de obra muy cualificada, ni una gran labor técnica, y que pueden ser desempeñadas por una gran parte de la población; profesiones que a menudo requieren conocer el lenguaje, ser creativos o poseer una buena flexibilidad y destreza física. "Cosas los seres humanos actualmente pueden hacer mejor que las máquinas", afirma el profesor .
"Casi todo el crecimiento del empleo desde 1980 ha estado focalizado en el trabajo que requiere de grandes habilidades sociales", según el estudio de Deming publicado en agosto. No solo ha crecido la demanda de este tipo de trabajadores, sino que el salario de estos "empleos sociales" ha mejorado por encima de la media.
El trabajo en el futuro está asegurado
Para David Autor, profesor de Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, el futuro es más brillante, aunque es probable que se pierdan puestos de trabajo en el camino. "La automatización en sectores como la agricultura o la industria manufacturera provocó que multitud de personas perdieran sus trabajos, pero la humanidad siempre se recupera", argumenta.
"La manera en que respondemos es a través de nuestra creatividad y también a través de la educación, de nuestro propio aprendizaje. Seguimos haciéndonos a nosotros mismos relevantes", explica Autor.