Economía

El PSOE da marcha atrás en su promesa de derogar la reforma laboral del Gobierno

  • Los expertos advierten del alza de cotizaciones del programa socialista

"Lo primero que haré como presidente del Gobierno será derogar la reforma laboral". Pedro Sánchez ha repetido como un mantra su promesa electoral estrella, pero a dos meses de los comicios, el PSOE da un paso atrás y matiza que, si llega a La Moncloa, no suprimirá la normativa, sino que se limitará a reformar algunos aspectos.

Y no lo hará además por decreto-ley, una de las vías que más han reprochado al Ejecutivo de Mariano Rajoy, y sin abordar algunos de los más polémicos, ya que la indemnización por despido, por ejemplo, se quedará como está. Si hace unos días la secretaria de Empleo socialista, Luz Rodríguez, admitía en un encuentro con los medios que quizás nunca debieron hablar de derogación, sino de "reformas profundas", el borrador del programa del PSOE para las elecciones generales confirma que el discurso se relaja a 60 días del 20-D.

En todo caso, el planteamiento socialista adolece de falta de concreción en muchas de sus medidas, algunas de las cuales son, según los expertos consultados por elEconomista, "un brindis al sol". Además, alertan de apuestas "inquietantes", como el incremento de las cotizaciones. Para el investigador de la Universidad de Essex, Javier Santacruz, "agitan lugares comunes como el de elevar los ingresos porque la presión fiscal no es alta", cuando, en realidad, "en España se ejerce uno de los esfuerzos fiscales más altos de la UE".

Sin contrato único

En materia laboral, el PSOE considera prioritario el modelo de negociación colectiva, un nuevo Estatuto de los Trabajadores y la igualdad salarial entre hombres y mujeres. En concreto, plantea reducir a tres los tipos de contratos: indefinido, temporal y de formación, además de eliminar el contrato estrella de la reforma de Rajoy, el de fomento de emprendedores.

Los cambios en la contratación, son una medida insuficiente para los expertos, que coinciden en que lo que necesita el mercado laboral español es un contrato único. Para el profesor de Finanzas, Juan Fernando Robles, la propuesta socialista no termina con la dualidad del mercado de trabajo ni con el excesivo intervencionismo.

En el mismo sentido se expresa el profesor del Iese, Javier Díaz-Giménez, que critica que la propuesta laboral socialista no está enfocada a la creación de empleo, sino todo lo contrario. "Lo que maximiza la afiliación es el contrato único con indemnización progresiva y reducir los costes del despido", señala.

Mil euros de salario mínimo

El programa electoral prevé elevar el salario mínimo (SMI) desde los 648 euros mensuales actuales a 1.000 euros en dos legislaturas. La medida implica subir el SMI "drásticamente y en muy poco tiempo", valora Robles, lo que "puede expulsar del mercado de trabajo a personas de baja formación".

Castigo a la temporalidad

En lo que se refiere a los contratos temporales, tendrán un límite de un año, prolongable a dos años por negociación colectiva, y se impondrán también porcentajes máximos por sectores, de manera que si alguna empresa se salta esta restricción será "penalizada" y deberá cotizar más por este tipo de contratos, explican.

Pensiones

Para corregir el desequilibrio en las cuentas de la Seguridad Social y garantizar el sistema de pensiones, el PSOE plantea, por un lado, crear un nuevo impuesto cuya recaudación se vincule a la financiación de las pensiones.

Además, espera mejorar los ingresos elevando gradualmente la base máxima de cotización y las bases mínimas y reforzar el Fondo de Reserva a través de una mejora de su regulación.

El profesor del IEB Miguel Ángel Bernal advierte de que crear más impuestos perjudica al empleo y al consumo, a lo que se suma que no concreta de qué impuesto se trata ni a quién se cargará. Este experto hace hincapié además en que la promesa de garantizar las pensiones "es imposible de cumplir" con la actual pirámide de población. En ese sentido, Bernal echa en falta "incentivos a los planes de pensiones".

Díaz-Giménez, por su parte, califica las propuestas en materia de pensiones como "un mal parche para un mal paño", aunque ve positivo que los socialistas admitan entre líneas que el sistema de pensiones está quebrado y que es necesario un rediseño desde cero. El nuevo modelo, explica, precisará una parte capitalizada, posiblemente individualizada, que mire al modelo sueco, es decir, de modo que cada trabajador pague su propia pensión según su rendimiento financiero.

Política fiscal

Los socialistas han disgregado de su programa electoral su propuesta de reforma fiscal, de forma que ésta no se conocerá hasta mañana. En espera de los detalles pormenorizados, Sánchez avanzó ayer que no subirá impuestos a la clase media trabajadora, un colectivo en el que incluye a aquellas personas que ganan menos de 60.000 euros al año. Además, el PSOE propondrá que aquellos que no pagan el IRPF por acogerse a mecanismos como las sicavs sí que contribuyan a este impuesto.

El profesor Robles ve imposible hacer tributar a las sicavs, ya que éstas tienen "los mismos privilegios que cualquier inversión en fondos" y además advierte de las consecuencias de una medida como esa: "Si grabas más el ahorro, éste se deslocaliza". Es decir, actuar sobre este tipo de sociedades provocará que ese dinero se vaya a otros países.

Estabilidad presupuestaria

El partido socialista se compromete a realizar un ajuste fiscal dejando el déficit en el entorno del 1% del PIB al final de la legislatura. Sobre esta promesa, Santacruz pone el acento en que no se especifica "si será déficit cíclico, déficit estructural o qué tipo de ajuste". Y además, advierte, "los objetivos que marca en materia laboral son incompatibles con ese ajuste fiscal que preconizan".

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