
Matteo Renzi lo había prometido el año pasado, al presentar la reforma laboral: el Gobierno italiano se comprometía a sustituir los subsidios de desempleo -en la mayoría reservados a trabajadores por tiempo indefinido de grandes empresas- por una Seguridad Social universal que beneficiara a todos los trabajadores.
La reforma laboral entró en vigor y supuso un abaratamiento del despido e incentivos para las nuevas contrataciones, pero el aumento de los beneficiarios de la Seguridad Social ha resultado mínimo. De hecho, muchos trabajadores a tiempo definido siguen excluidos de los nuevos subsidios. El problema, como siempre, es el dinero: Italia no tiene recursos suficientes para un subsidio de desempleo universal. Sin embargo -deben de haber pensado en Roma-, Europa puede ser la solución.
El ministro transalpino de Economía, Pier Carlo Padoan, acaba de llevar una propuesta a la cumbre del Ecofin: un cheque continental que sirva para integrar los amortiguadores sociales nacionales de los que pierden el trabajo en situaciones de shock, en determinadas zonas o en todos los miembros del euro. En una entrevista al diario británico Financial Times, Padoan ha subrayado que "el mensaje que llega a muchos de los ciudadanos de Europa es que la Unión Monetaria trata de bancos y de austeridad, no de crecimiento y empleo".
Mecanismo similar al MEDE
La idea del ministro italiano es crear en el ámbito laboral un homólogo del Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), fondo conocido como "salva Estados". Padoan detalló su idea de un posible "fondo salva empleo" durante una lección a la Universidad de Luxemburgo: "Una unión monetaria más fuerte necesita instituciones comunes más fuertes. En este campo estamos avanzando, pero necesitamos hacer más, a corto plazo, en el marco de los tratados existentes y, a largo plazo, considerando cambios en los tratados", dijo Padoan.
El ministro explicó que "para complementar los esfuerzos nacionales de reforma de los mercados laborales, sería bueno disponer de un mecanismo europeo para mitigar el desempleo cíclico y sus consecuencias, reforzaría los ajustes del mercado laboral, reforzando la eficacia de las reformas a nivel nacional. Introduciría también incentivos para aumentar la convergencia en la reglamentación de los diferentes mercados laborales. Ayudaría a consolidar el crecimiento a medio plazo, suavizando recesiones". Para Padoan, crear una Seguridad Social europea "sería una señal de la irreversibilidad del euro".
Modificar los tratados
El fondo "salva empleo" podría crearse pronto, sin modificar los tratados en vigor, ya que según Padoan tendría una base legal válida en las normas que ya regulan la coordinación de las políticas económicas. Según la propuesta italiana, el fondo europeo complementaría -no sustituiría- los subsidios nacionales y se activaría en caso de un aumento excepcional del desempleo en un país concreto de la Eurozona -o en los Diecinueve en su conjunto-, cubriendo entre el 40 y el 50% del salario de los trabajadores afectados.
Que Italia se interese en una mayor integración económica europea no es una novedad. Y es verdad que la propuesta de una Seguridad Social continental para impulsar economías con tasas de paro muy altas podría beneficiar a otros países como Grecia, España e incluso Francia. Sin embargo, de momento, a falta de reacciones por parte de otros mandatarios, el plan de Padoan tan sólo es una de las tantas propuestas sobre la mesa de los líderes europeos. El fondo "salva empleo", al contrario, tiene mucha importancia para la política interior de Italia: los últimos datos que atribuyen a los efectos de la reforma laboral un aumento de las contrataciones y la propuesta europea para crear un subsidio de paro universal son avances que Renzi quiere lucir para acallar la oposición interna.
El complejo proceso de la financiación
El fondo para salvar empleos propuesto por Italia sería gestionado por la Comisión Europea y financiado "por recursos que se generan mano a mano, según se van cumpliendo los ajustes y el empleo se recupera", aunque parte de la financiación podría proceder de "una pequeña cuota de las actuales contribuciones de cada Estado al Fondo Común" de la Unión. Según la propuesta italiana, la condonación de fondos a los diferentes países podría durar un máximo de 6 a 8 meses.