
La fortaleza de la economía española sigue siendo tema de conversación entre los principales bancos estadounidenses. En su último informe sobre nuestro país, J.P. Morgan no sólo estima que nuestro país ha crecido a un ritmo del 4 por ciento en la primera mitad del año, liderado por la demanda doméstica. Aunque los datos siguen apuntando a un importante crecimiento, algunos consideran que el debilitamiento del PMI en septiembre podría ser un síntoma de debilitamiento de cara a finales de este año.
"Desde nuestro punto de vista, la recuperación en España ha tocado techo, pero el debilitamiento será moderado, manteniendo a España como la economía que más crece entre el resto de países europeos", explica Marco Protopapa, analista del banco estadounidense. J.P. Morgan estima que el PIB español se expandirá este año a un ritmo del 3,2 por ciento y se debilitará sólo una décima en 2016, cuando avanzará un 3,1 por ciento.
En estas circunstancias, la política se perfila como el principal riesgo macroeconómico de nuestro país, por encima incluso del debilitamiento de países emergentes, especialmente en Latinoamérica. "La incertidumbre sobre la posible independencia catalana y las elecciones generales del 20 de diciembre debilitarán el crecimiento en el cuarto trimestre del año, posiblemente retrasando planes de inversión", indican desde el banco estadounidense. Dicho esto, en ambos casos, J.P. Morgan mantiene una visión constructiva y, en lo que a las elecciones presidenciales se refiere, considera que Podemos no será parte del nuevo gobierno. "La economía española mantendrá su velocidad de crucero en 2016", señalan.
Aunque la actividad económica comenzará a ceder moderadamente, Protopapa estima que el impulso de los cambios de divisas, especialmente el debilitamiento del euro, seguirá alimentando la recuperación hasta la segunda mitad del año que viene. "La economía española realizará una transición hacia un crecimiento del 3 por ciento en 2016, aunque irá perdiendo momento a lo largo de dicho ejercicio", advierten desde J.P. Morgan. En estos menesteres, el repunte del consumo impulsará la creación de empleo en un momento en que los márgenes de las compañías españolas tocan máximos y los tipos de interés se sitúan en mínimos históricos.
J.P. Morgan estima que hay muchas posibilidades de que el gobierno no cumpla con el objetivo de déficit del 2,8 por ciento el año que viene, debido a las medidas políticas adoptadas para ganar popularidad de cara a las elecciones presidenciales y a los presupuestos de algunas comunidades autónomas. "Esta desviación no supone grandes problemas desde nuestro punto de vista pero la Comisión Europea podría tomar una posición mucho más dura", aclara Protopapa.
En lo que respecta al reciente debilitamiento de los mercados emergentes, J.P. Morgan considera que los lazos comerciales de nuestro país con China y otras economías asiáticas emergentes es "modesto", por lo que nuestro país está relativamente aislado de estos shocks, como también ha ocurrido con Irlanda. De hecho, ni el debilitamiento en Lationamérica ni el conflicto entre Rusia y Ucrania ha afectado el repunte de la economía española durante los últimos 18 meses.