
El Fondo Monetario Internacional prepara ya la publicación de sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés). A la espera de conocer las proyecciones exactas, los funcionarios de la institución han publicado los capítulos analíticos de sus previsiones.
En este aperitivo, el Fondo analiza el impacto que la devaluación de las divisas juega en el comercio de un país. Un tema muy en boga dado que durante los últimos meses hemos visto fuertes fluctuaciones dentro del mercado de divisas. Así, movimientos de entre el 10 y el 30 por ciento en términos reales para algunas de las monedas internacionales más importantes han reavivado el debate sobre el efecto que este tipo de operaciones tienen en las exportaciones.
El dolar estadounidense se ha apreciado más de un 10 por ciento en términos reales desde mediados de 2014 mientras que el euro se ha devaluado más de un 10 por ciento desde comienzos del año pasado y el yen se ha dejado cerca de un 30 por ciento desde mediados de 2012. Movimientos que también se han notado en algunas divisas emergentes, como el peso mexicano o el real brasileño, que tocaban mínimos históricos la semana pasada en su cruce con el dólar.
Según el FMI existen varias posturas sobre el efecto que estos movimientos en las divisas tiene en las relaciones comerciales. Algunos consideran que estas variables tiene una consecuencia inmediata en las exportaciones e importaciones mientras que otros consideran que los cambios son limitados.
En el tercer capítulo de sus Perspectivas de Crecimiento Mundial, el Fondo estima que es importante determinar el impacto de estos movimiento, ya que la desconexión entre el tipo de cambio y el comercio puede complicar las políticas económicas y monetarias. En un análisis realizado por la institución, sus expertos concluyen, tras realizar un estudio en países emergentes, economías desarrolladas y en desarrollo, que una depreciación real del 10 por ciento en una divisa genera un impulso medio del 1,5 por ciento del PIB en las exportaciones. Aún así, los funcionarios estiman que "existe una variación sustancial" según el país.