
El presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, dejaron de lado sus claras diferencias este viernes en Washington para comprometerse a frenar el espionaje cibernético con fines económicos así como el cambio climático. Sin embargo, en materia diplomática, especialmente en lo que al conflicto en el Mar del Sur de China se refiere, la rencillas entre ambas potencias sigue siendo evidente.
Obama aprovechó el encuentro para echar una reprimenda al mandatario chino poniendo de manifiesto las "serias preocupaciones" que tantos los funcionarios estadounidenses y empresas del país tienen sobre las presuntas operaciones de ciberespionaje provenientes del gigante asiático. "He indicado que tienen que parar", dijo el demócrata al mismo tiempo que aseguró que ambas naciones alcanzaron "un entendimiento común" contra ciertas actividades de este tipo.
También con la ONU
Estados Unidos propone trabajar con otros países, la ONU y el sector privado para desarrollar reglas internacionales que gobiernen la conducta en el ciberespacio. Entretanto, Washington "aplicará todas las herramientas en su mano" para perseguir a quien espíe a empresas estadounidenses.
Washington y Pekin también lograron un acercamiento para luchar contra el cambio climático y para abrir "nuevos canales de comunicación" para evitar enfrentamientos sobre los vuelos de vigilancia respaldados por ambos países sobre el Mar del Sur de China. "Estados Unidos da la bienvenida a una China pacífica, estable, próspera y responsable", dijo Obama durante la visita de Estado de Xi. "Estoy comprometido a ampliar nuestra cooperación, incluso al abordar los desacuerdos con franqueza y de forma constructiva", añadió.
Xi, a través de un intérprete, describió el díálogo con su homólogo estadounidense como "constructivo y productivo" y en busca de evitar el "conflicto" y la "confrontación". También aprovechó su intervención conjunta ante la prensa para ensalza su cooperación en lo que a medioambiente se refiere.
China - el mayor emisor de carbono del mundo - pondrá en marcha un sistema nacional de límites máximos y comercio de carbono en 2017 para ayudar a contener las emisiones del país, que se basarán en siete mercados piloto regionales que ya están en marcha en su territorio. La declaración tuvo como objetivo mostrar "la determinación de ambos países para actuar con decisión para alcanzar los objetivos establecidos el año pasado". éste fue un punto culminante de la visita de Estado de Xi a EEUU, en la que ambos líderes abordaron temas difíciles como el espionaje cibernético, las tensiones comerciales entre los dos países y las propias políticas económicas de China.
Instando al "diálogo" sobre la cuestión de la seguridad cibernética, Xi dijo que "la confrontación y la fricción no son el camino correcto". En cuanto a la tensión registrada en el Mar del Sur de China, Xi dijo que respetará los vuelos legales de vigilancia pero a su vez protegerá su "soberanía territorial" pese a que los aliados estadounidenses protestan sobre los movimientos militares chino en la región.
En materia comercial, Obama subrayó que EEUU recibe con satisfacción el auge de China en el mundo, y que ambos países hacen grandes avances en el entendimiento mutuo."Creo que nuestras dos grandes naciones, si trabajamos juntas, tienen una capacidad sin parangón de moldear el curso de este siglo", afirmó el gobernante estadounidense. Por su parte, Xi opinó que "trabajando juntos, China y Estados Unidos pueden producir un mayor efecto que con esfuerzos individuales".