
Tres meses después de su llegada al Ayuntamiento de Valencia, el equipo de gobierno local liderado por Joan Ribó (Compromís) ha anunciado una completa reforma del sistema de impuestos municipales, que entrará en vigor el próximo ejercicio.
Entre las principales medidas, incluye dos coeficientes diferenciados en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), uno para ciudadanos y pequeños locales, que se fija en el 0,806% (frente al 0,886 actual, de aplicación general), y otro para inmuebles de alto valor catrastral destinados a su explotación con finalidad comercial, industrial, como oficinas, deportivo y de hostelería y ocio, así como a edificios singulares (como, por ejemplo, los del Puerto de Valencia), que se establece en el 1,1%. Este incremento supondrá, en la práctica, y junto con las acciones que el consistorio prevé aplicar para luchar contra el fraude, unos ingresos extra por recaudación del IBI de en torno a 12 millones de euros en 2016.
Ribó defiende que esta subida para inmuebles de alto valor catastral (que deja fuera a los de uso residencial, sanitario, cultural o de beneficencia) está en consonancia con la que ya aplican otras grandes ciudades, como Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Málaga y Bilbao, y que "es la primera gran reforma desde los años ochenta".
Asimismo, el alcalde valenciano ha anunciado un aumento del 33% en la tasa que abonan los cajeros automáticos que las entidades financieras tienen en la vía pública, cargo que empezó a cobrarse hace tres años.
La segunda línea fundamental en la batería de medidas fiscales para Valencia, que aprobará hoy una Junta extraordinaria de Gobierno Local, plantea una serie de bonificaciones para aquellos ciudadanos, inmuebles y vehículos que estén en línea con las políticas de sostenibilidad medioambiental defendidas por el consistorio.
En este sentido, se contempla una bonificación del 50% del IBI para quienes pongan placas solares en los tres ejercicios fiscales siguientes a su instalación; una reducción del 90% en la tasa de rehabilitación para las obras de reforma de viviendas en toda la ciudad; un 75% de bajada en el impuesto de circulación para los vehículos eléctricos o híbridos, y del 30% para los que usen gasolina sin plomo (con el límite de un vehículo beneficiado por persona).
En contrapartida, se aplicarán incrementos de entre el 2% y el 4% en este impuesto para los vehículos de mayor cilindrada.
Otro de los puntos incluidos está en línea con la recuperación del barrio valenciano del Cabanyal-Canyamelar. En esta zona, se reduce del 2,03% al 0,6% el Impuesto de Actividades Económicas, con la excepción de los locales del frente marítimo y las actividades relacionadas con la banca, el transporte y los seguros.
Asimismo, el Ayuntamiento revisa las condiciones de aplazamientos y fraccionamientos en pagos, en beneficio de los contribuyentes.