
En estos momentos, propios y extraños respiran aliviados después de que una vez más los líderes europeos hayan conseguido volver a patear la lata por el camino.
La última ronda de ajustes aprobada por el parlamento heleno la semana pasada daba paso a las negociaciones de lo que se perfila como el tercer paquete de rescate para la economía griega. Un hecho que no disipa su posible salida de la eurozona dada la insostenibilidad de su deuda que podría sobrepasar el 200% de su PIB en dos años.
Según los analistas de JP Morgan, las probabilidades de que un Grexit se materialice este año siguen siendo de un 50% mientras el año que viene subirán hasta el 60%. A largo plazo estos expertos consideran que sólo habrá un 15% de oportunidades de que Grecia permanezca dentro del euro.
A la espera de los acontecimientos, especialmente durante las próximas semanas, la tragedia griega, que ha puesto al país contra las cuerdas durante los últimos meses, ha conseguido rebajar su tono al de un melodrama salpimentado por otros acontecimientos internacionales que han puesto de los nervios a inversores y economistas.
La debacle de la renta variable china, cuyo valor ha llegado a desplomarse hasta un 30% desde los máximos alcanzados el pasado 12 de junio borrando hasta 3,7 billones de dólares, ha despertado las dudas sobre la sostenibilidad de la segunda mayor economía del planeta. El espíritu reformista de Pekín ha quedado embadurnado por una serie de medidas intervencionistas que bien podrían robarle al Gobierno la oportunidad de incluir al yuan en la cesta de divisas que Fondo Monetario Internacional emplea para calcular el valor de su divisa, el SDR.
La deuda corporativa
En estos momentos el gigante asiático acumula una deuda récord del 207% de su PIB, casi duplicando los niveles registrados en 2008, cuando ésta alcanzaba el 125%. Aunque el país no tiene problema alguno de solvencia, las preocupaciones llegan del lado de la deuda corporativa, que asciende hasta los 16,1 billones de dólares o el 160% del PIB del país. Según la agencia de calificación Standard & Poor's, estos niveles seguirán subiendo hasta los 28,8 billones de dólares durante los próximos cinco años.
Un estudio elaborado por Reuters entre 1.400 compañías chinas refleja el tremendo deterioro de sus cuentas desde el año 2010.
A menor escala, Puerto Rico tendrá que enfrentar pagos de hasta 5.400 millones de dólares a sus acreedores durante los próximos doce meses, una cifra que pone claramente a la isla caribeña y estado anexado a EEUU al borde de la quiebra. Según JP Morgan sólo el próximo mes varias de las agencias estatales deberán desembolsar un total de 635 millones de dólares, la mayor factura de 2015. La guinda a un pastel que también esconde el efecto de la caída de los precios del petróleo y otras materias primas.
En lo que llevamos de año, y según datos Standard & Poor's, se han registrado un total de 59 quiebras, duplicando los niveles registrados el año pasado. La mitad de estas se han producido dentro del sector energético. A la caída de los precios del crudo, una crisis que los analistas de Morgan Stanley estiman es mucho peor a la vivida en 1986, tenemos que sumar la divergencia en las políticas monetarias, con la reserva federal preparada para subir tipos de interés tan pronto como el mes de septiembre.