
Los socios del euro despejaron ayer los últimos obstáculos técnicos para arrancar las complicadas negociaciones del tercer rescate para Grecia, con las que evitar una salida del país del euro.
El Consejo de Gobierno del Mecanismo Europeo de Estabilidad, formado por los ministros de Finanzas de la Eurozona, dió su visto bueno para comenzar la discusión del programa de ajustes y reformas que se adjuntará al préstamo para Atenas, que se espera que ronde los 50.000 millones de euros para los próximos tres años.
La Comisión Europea, el BCE y también el FMI (la conocida como troika) pilotarán la discusión por el lado de los acreedores, que volverán a la capital griega tal y como concedió el Gobierno de Alexis Tsipras tras resistirse medio año a tal posibilidad.
Por primera vez, la Comisión Europea indicó que el alivio del endeudamiento griego también formará parte de las negociaciones, que Bruselas espera concluir para mediados de agosto. "Definitivamente, el tema está de nuevo en la agenda", reconoció ayer el Vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis. El comisario letón dijo que desconoce "cómo exactamente" se aplicará este alivio, ya que no está en posición de comentar, pues el Ejecutivo comunitario no ha contribuido con los 240.000 millones prestados a Grecia hasta ahora. Sin embargo, comentó que esperaba que formara parte de las negociaciones "porque es algo en lo que insiste el FMI y también es claro en las conclusiones de la cumbre de líderes de la eurozona que el FMI debe formar parte del tercer programa". El Fondo ha indicado que, sin una quita sustancial de la deuda griega, no se involucraría en un nuevo programa de rescate.
El comentario de Dombrovskis llegó a rebufo de las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, quien el jueves subrayó que "no es controvertida" la necesidad de un alivio de la deuda en Grecia, "la cuestión es cómo hacerla dentro del marco legal." Esta renegociación de la deuda ha sido el gran caballo de batalla no sólo de Tsipras, sino también del FMI.
Washington estima que el endeudamiento heleno alcanzará niveles insostenibles de hasta el 200 por ciento del PIB durante los próximos dos años, por lo que es necesario no sólo un nuevo retraso de los vencimientos, sino incluso una quita. Sin embargo, el Gobierno alemán se muestra totalmente opuesto a un recorte del principal, tal y como ya se hizo con el endeudamiento de Grecia con el sector privado. La propia Comisión estima que, en un escenario adverso, la deuda helena podría alcanzar el 187 por ciento del PIB en 2020, y mantenerse aún en un 142 por ciento en 2030.
7.160 millones para FMI y BCE
Junto a la decisión de abrir las negociaciones de un nuevo programa hasta 2018, los socios europeos también aprobaron los 7.160 millones de euros que Grecia necesita urgentemente para pagar este lunes al Fondo Monetario Internacional y al Banco Central Europeo, sin los que cometería un default con Fráncfort que derivaría en un 'Grexit'.
Los países de fuera de la zona euro aceptaron recurrir al Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (Mede), que también ellos apoyan. Eso sí, para proteger estos préstamos, respaldados por los fondos de la UE, se proveerá como garantía cantidades prometidas a Atenas en un futuro (ya sean los beneficios en manos del BCE por la compra de los bonos griegos o fondos comunitarios adjudicados a Grecia para los próximos años).
Dombrovskis señaló que se espera concluir no sólo la negociación del nuevo programa, sino también la aplicación de las primeras reformas y su revisión por parte de los acreedores en las próximas tres semanas. Por eso, dijo que se podrá recurrir a los fondos del tercer rescate para cubrir los 5.000 millones de euros en vencimientos que encara el país el 20 de agosto. Si no, los países europeos dejarán abierta la puerta a recurrir de nuevo al Mede.
No obstante, en esta ocasión resultaría más complicado encontrar los avales que piden los socios fuera del euro para proteger su involucración, lo que de nuevo volverá a poner a Grecia al borde de un impago. El fantasma del Grexit no termina de alejarse.