
Sucia y desorganizada, Roma está una vez más en declive. El Ayuntamiento está paralizado entre acusaciones de infiltraciones de la mafia, los servicios básicos están hechos jirones, el aeropuerto está parcialmente cerrado y las huelgas ilegales han desgastado todavía más su deficiente red de transporte.
Durante generaciones, la capital italiana ha vivido de glorias pasadas más que construido a partir de ellas. Los años de descuido, corrupción y chapuzas burocráticas han salido caros, reflejando una enfermedad que afecta a Italia en su conjunto. "Roma está al borde del colapso", asegura Giancarlo Cremonesi, presidente de la Cámara de Comercio de Roma. "Es inaceptable que una gran ciudad que se dice desarrollada se encuentre en tal estado de decadencia".
Fiumicino y un incendio que no se apaga
Una de los 10 mayores ciudades de Europa con una población de 2,8 millones, Roma puede presumir de tener algunas de las plazas, fuentes, museos e iglesias más espectaculares del mundo. Pero como sus antiguos monumentos, sus problemas están a la vista, empezando por su principal puerta de entrada, Fiumicino, el aeropuerto más grande de Italia, que todavía no se ha recuperado del incendio que sufrió el pasado 7 de mayo.
Aunque el fuego solo afectó a una parte de una de sus tres terminales, más de dos meses después el 40% de todos los vuelos son cancelados diariamente por las disputas sobre el peligro que suponen los contaminantes que dejaron las llamas.
Los magistrados han sellado la zona durante semanas para medir la calidad del aire, mientras que diferentes organismos públicos discutían sobre cómo se deberían clasificar los aeropuertos a la hora de calcular la polución. "En este caso se pueden ver muchas cosas que son típicamente italianas. Por ejemplo, el papel de los jueces", dice Vito Riggio, jefe de la Autoridad de la Aviación Civil italiana.
Riggio explica que todo el material dañado debería haber sido retirado rápidamente antes de la reconstrucción. "Pero en lugar de eso, el lugar fue sellado oficialmente. Nadie podía entrar, por lo que la fuente de los contaminantes continuó activa. No es difícil de entender, pero nadie dijo nada, ni siquiera el gobierno. No creo que otros países sean así".
La oficina del fiscal encargada del caso dijo que la orden fue levantada el pasado 24 de junio y que no había impedimentos legales para que volvieran las operaciones normales, aunque la investigación sigue su curso. Sin embargo, no se ha dado fecha para la reapertura total y el olor a plástico quemado permanece.
Los tentáculos de la Mafia
Por otro lado, una investigación mucho más grave ha enfangado al ayuntamiento, cuya sede es un palacio diseñado por Michelangelo y desde el que se pueden observar las ruinas del antiguo Foro romano. La investigación, llamada "Roma Capital", llegó a los titulares de prensa en diciembre tras la primera ola de detenciones y ha agitado Italia. El crimen organizado parece que florece mucho más allá de sus tradicionales bastiones en sur.
Roma, además, tuvo que ser rescatado con fondos estatales por la pesada carga de 14.000 millones de euros de deuda. El escándalo con la Mafia ha ayudado a explicar parte del caos financiero, con grabaciones sugiriendo que los mafiosos desviaron millones de euros a través de contratos muy lucrativos que iban desde el papel reciclado hasta los refugios para inmigrantes.
Italia trata de levantarse de su peor caída desde la Segunda Guerra Mundial, tres años de crisis que han disparado el desempleo hasta niveles de los años 70. Además, mientras que la economía real sigue desplomándose, la ilegal se ha extendido y prosperado.
La mayor parte de la presunta corrupción viene del anterior alcalde, Gianni Alemanno, un ex ministro de derechas que está siendo investigado y que niega las acusaciones. Sin embargo, los jueces apuntan a que los tentáculos mafiosos han llegado a la actual administración de Ignazio Marino, un cirujano y aliado del primer ministro de centro-izquierda, Matteo Renzi.
Aunque Marino personalmente no está implicado, una parte de su equipo está siendo investigado, lo que ha provocado dimisiones. Una fuente oficial del ayuntamiento asegura que un informe interno oficial recomienda que se anulen unos 30 grandes contratos públicos y se repita el concurso. En una carta enviada este lunes al diario Il Corriere della Sera, el alcalde Marino reconocía que gran parte de la administración pública estaba "considerablemente podrida".
Pero de la misma manera que Renzi está tratando de cambiar Italia a base de reformas, él está dispuesto a cambiar la esclerótica Roma. "Hay una fuerte resistencia a cualquier tipo de cambio, pero no me voy a rendir nunca", añade. De momento, el alcalde ha conseguido reunir un equipo de 500 empleados y voluntarios para cuidar los espacios verdes romanos, acicalar unas aceras pobladas con hierbas salvajes y limpiar de graffitis la ciudad.
Ratas en la 'peor' capital de Europa
"Se están rompiendo las costuras de Roma", alertaba Il Messagero, el principal periódico romano, la semana pasada, mientras informaba de una plaga de ratas en el centro de la ciudad. Una encuesta de 2013 de la Comisión Europea colocaba a Roma en el último lugar en el ranking de capitales europeas en cuanto a la eficiencia de los servicios públicos. Y a pesar de su cocina y su clima, era la segunda peor en cuanto a calidad de vida, solo por delante de Atenas.
Roma sigue siendo el destino más visitado por turistas del país, y el año pasado tuvo 10,61 millones de visitantes extranjeros. Pero supuso una caída desde los más de 11 millones del año anterior y los romanos se quejan de que el mal estado de las infraestructuras les está afectado. "Todos mis clientes dicen que Roma es precioso, pero todos ellos, sin excepción, se quejan de los servicios", asegura Marcello Lazazzera, dueño de un pequeño bed & breakfast. "El metro nunca llega puntual, las estaciones están llenas de ladrones, las calles están llenas de basura. En lugar de mejorar, la situación es cada vez peor".
La situación podría ser peor en 2016, cuando se esperan 25 millones de peregrinos por el Año Santo extraordinario que conmemorará el 50 aniversario del Concilio Vaticano II. De momento, el ayuntamiento no ha hecho pública su estrategia para afrontar la llegada, ni ha presupuestado nada. "Las oraciones del Papa no van a ser suficientes. Necesitamos un milagro para que Roma emerja", concluye Cremonesi, el jefe de la Cámara de Comercio.
Por Crispian Balmer para Reuters