
Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) iniciaron su reunión extraordinaria con la voluntad de avanzar en las negociaciones con Grecia para superar la grave crisis que ese país afronta, al tiempo que reconocen la dificultad.
El Eurogrupo, bajo la presidencia del holandés, Jeroen Dijsselbloem, inició a las 15 horas el plan de reformas y la solicitud efectuada por el Gobierno de Alexis Tsipras de un nuevo rescate, el tercero, por un periodo de tres años y por una cantidad que estaría en torno a los 50.000 millones de euros.
La reunión "se presenta larga", en palabras del ministro italiano de Finanzas, Pietro Carlo Padoan, mientras que su homólogo alemán, Wolfgang Schauble, consideró que "las negociaciones van a ser extraordinariamente difíciles".
"Muchas críticas" y falta de confianza
Dijsselbloem ha advertido de que existen "muchas críticas" y falta de confianza sobre las reformas presentadas esta semana por el Gobierno de Alexis Tsipras, por lo que ha augurado una reunión del Eurogrupo "difícil".
"Hay aún muchas críticas a las propuestas, del lado de las reformas y del lado de la fiscalidad, y un problema de confianza", ha declarado Dijsselbloem a la prensa en Bruselas, a su llegada a la reunión extraordinaria de ministros de Economía de la eurozona.
Dijsselbloem se ha preguntado si "se puede confiar" en que el Gobierno de Syriza "vaya a hacer lo que ha prometido" e implementar las medidas de ajuste "en las próximas semanas, meses y años".
El presidente del Eurogrupo ha confiado en que el nuevo ministro griego de Economía "escuche" las preocupaciones de la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) y de sus socios del euro y responda con "compromisos firmes" para poner en marcha las reformas.
Indignación con Tsipras
Con Atenas al borde de una quiebra que podría sacar al país de la zona euro cuando los mercados financieros reabran el lunes, responsables de la UE prevén que se alcance un acuerdo al término del fin de semana para mantener a Grecia a flote, pero no antes de que los ministros y los líderes del gobierno descarguen su indignación con Tsipras.
Wolfgang Schaeuble, ministro de Finanzas de su mayor acreedor, Alemania, y un veterano defensor estricto de las reglas fiscales de la UE, dijo también que las negociaciones serían "excepcionalmente difíciles".
Desde que el gobierno izquierdista de Tsipras llegó al poder en enero, dijo, el optimismo sobre Grecia se había "destruido de una manera increíble en los últimos meses".
Otros ministros que llegaron a la reunión del Eurogrupo también hablaron de una falta fundamental de confianza después de años de promesas incumplidas griegas y un referéndum convocado por Tsipras, en el que los votantes rechazaron unas condiciones de los acreedores que ha tenido que aceptar después.
En cualquier caso, fuentes cercanas a una reunión preparatoria dijeron que los asesores de los ministros habían aprobado con reservas una recomendación de las instituciones de la UE y el FMI sobre que las propuestas de Tsipras servían de base para iniciar las negociaciones.
Deserciones izquierdistas
Anoche en Atenas, Tsipras tuvo que depender de los votos de la oposición de derechas después de que algunos de sus diputados de la izquierda rechazaran recortar el gasto, subir impuestos y otras medidas que propuso para desbloquear 54.000 millones de euros en un crédito a tres años.
Pero Alemania, el mayor acreedor en dos rescates previos por un total de 240.000 millones de euros, es profundamente escéptica después de cinco meses de frustradas negociaciones.
"Las elevadas cifras de necesidades de financiación para los próximos tres años podrían ser demasiado altas y demasiado precipitadas", dijo una fuente de la zona euro. Dijo que las autoridades creían que Grecia podría necesitar 82.000 millones de euros, que provendrían del FMI y otras fuentes de la UE.
El ministro de Finanzas eslovaco, Peter Kazimir, uno de los críticos más beligerantes de Grecia, dijo que hacer sostenible la deuda del país iba a ser "un problema enorme".
Una valoración positiva de las propuestas griegas emitida por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional el viernes por la noche, junto a comentarios optimistas de Francia, habían elevado las expectativas de que el Eurogrupo daría luz verde a las nuevas negociaciones del préstamo.
Sin embargo, varios ministros dijeron a su llegada que se necesitaban más recortes de gastos y reformas, con una rápida promulgación por el Parlamento para demostrar que Grecia iba en serio esta vez.
Incluso el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, el aliado más poderoso de Grecia en la zona euro, dijo: "La confianza se ha visto arruinada por todos los gobiernos griegos a lo largo de muchos años, que a veces han hecho promesas sin cumplirlas en absoluto".
"Ahora tenemos que tener confianza de nuevo, para tener la certeza de que las decisiones anunciadas son decisiones que de verdad las va a tomar el Gobierno griego".
La canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado claro que no quiere ver un "Grexit" que podría afectar a la frágil recuperación económica europea y minar una unión supuestamente irreversible. Sin embargo, se enfrenta a una dura oposición entre sus propios conservadores.
Líderes de la zona euro, entre ellos Merkel y el presidente francés, François Hollande, tienen previsto reunirse el domingo, ya sea para apoyar el veredicto de los ministros o, junto con otros líderes de la UE, tomar medidas para contener las consecuencias de una inminente quiebra griega.