
Tal y como estaba previsto, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha confirmado que Grecia no hará frente al pago al FMI de los 1.600 millones de euros que vencen esta medianoche. El mercado ya había descontado este paso tras las negociaciones fallidas del fin de semana. Aún así, Varoufakis ha reconocido que Atenas todavía mantiene la esperanza de un acuerdo de último minuto con los acreedores sobre un paquete de ayuda. Asimismo, Bruselas también asegura que aún es posible un pacto.
A pesar del impago griego, el país no entrará técnicamente en 'default', ya que el FMI tiene estatus de 'acreedor oficial' no privado. A modo preventivo, Varoufakis ha asegurado a un diario británico que el Ejecutivo griego ya estudia medidas legales para bloquear su posible expulsión del euro.
A principios de mes, Grecia aceptó la oferta del FMI de unificar todos los pagos de junio, con la condición de abonarlos en uno sólo a finales de mes. Las normas del FMI permiten este agrupamiento (excluyendo los intereses, que deben abonarse a tiempo) con el fin de "hacer frente a las dificultades administrativas de realizar múltiples pagos en un corto periodo de tiempo", explicó la institución en su momento.
Los pasos a seguir de la institución
Una vez que Grecia no pague hoy, comienza una tramitación que puede durar un mes hasta que se declare el impago. En cuanto se confirme (después de las seis de la tarde en Washington), se espera que la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, informe al Consejo Ejecutivo del organismo.
Mañana volverá a ser otro día crucial para para la liquidez de Grecia, cuando se espera que el consejo de gobierno del BCE decida si mantiene la línea de créditos de emergencia a la banca helena.
El BCE ha mantenido las inyecciones de liquidez para garantizar su solvencia, pero no ha elevado el techo de créditos, de en torno a los 90.000 millones de euros, lo que tras las elevadas salidas de depósitos de las últimas semanas ha dificultado la situación de las entidades financieras.